A fines de agosto pasado Bichos de Campo informó que la familia australiana Kahlbetzer había decidido vender LIAG, una de las empresas agropecuarias más importantes, cansados de la “máquina de impedir” de la Argentina.
Ahora fue el propio Markus Kahlbetzer, hijo de John, el fundador de la empresa familiar y de una de las fortunas más grandes de Australia, quien explicó sin rodeos las razones que lo llevaron a la decisión de abandonar la Argentina.
“Argentina siempre ha sido dura. Quiero decir que en esos 40 años (desde que se fundó LIAG) ha habido tiempos mejores y tiempos no tan buenos, pero definitivamente no es tan fácil como operar en un país como Australia”, aseguró Markus en una entrevista concedida al medio australiano Financial Review.
“Ha habido momentos de malos políticos, pero que han facilitado relativamente las cosas para administrar el negocio. Pero ahora solo tenés una combinación de malas políticas y malos políticos”, sentenció en referencia al gobierno de Alberto Fernández, Cristina Fernández de Kirchner y Sergio Massa.
El artículo menciona –seguramente para sorpresa de los lectores– que el principal cultivo de la Argentina, la soja, está gravado con un derecho de exportación del 35%. “Esos impuestos a la exportación son los que acaban con la industria, pero son la ‘heroína’ (por la droga) del país y no pueden sobrevivir sin ella”, dijo Markus.
“Incluso si se establece un gobierno favorable al capital, deben tener mucho cuidado sobre cómo deshacer eso porque el país se ha vuelto muy dependiente de esas fuentes de ingresos”, añadió muy probablemente en referencia a la gestión de Mauricio Macri.
Markus además afirmó que la inversión extranjera está “muerta” en la Argentina. “En cierto modo, expulsan a los extranjeros y dificultan bastante el crecimiento y la expansión (del sector agrícola”, apuntó el empresario.
El empresario australiano dijo haber tenido la suerte de encontrar un comprador –la familia argentina Bartolomé– para poder vender en 300,3 millones de dólares estadounidenses la empresa que cuenta con un campo en Vedia (Buenos Aires) de 13.123 hectáreas, uno en Vicuña Mackenna (Córdoba) de 9346 hectáreas y otro en Talavera (Salta) de 41.080 hectáreas.
El patriarca de la familia Kahlbetzer, John, que ahora tiene 91 años, permanece en la ciudad de Buenos Aires, pero pronto –asegura el artículo– regresará a Australia, donde la familia obtuvo gran parte de su fortuna de más de 1000 millones de dólares en la agricultura, aunque desde entonces se ha diversificado hacia otros rubros.
El empresario aseguró que, con el dinero cobrado por la venta de LIAG, no tiene prisa por comprar tierras agropecuarias en Australia porque considera que los valores podrían caer en el futuro.
“Estamos entusiasmados con la agricultura australiana. Haremos algo y siempre llevaremos la agricultura en la sangre”, dijo Markus. “Pero siento que habrá mejores oportunidades (en el futuro), ya sea debido a la sequía o si sus instituciones cristalizan valores”, proyectó.
“La agricultura es un ejemplo clásico –y creo que mi padre probablemente lo ha demostrado– de un sector preservador de la riqueza”, explicó el australiano.
“Hemos estado involucrados durante más de 40 años en ambos países, Australia un poco más que Argentina, y hemos podido mantenernos estables. No hemos superado a todos los demás en términos de riqueza, pero hemos podido preservarla y hacerla crecer y seguir estando aquí muchos, muchos años después”, añadió.
“Así que creo que es extremadamente importante tener una parte sustancial de una cartera invertida en activos agropecuarios, aunque, claro, si podes gestionarlos de manera adecuada, porque es como un pub en cierto modo: si no podés manejarlo correctamente, no vale tanto”, argumentó.
Markus tiene un hermano, Johnny, quien está a cargo de otra empresa del grupo, Twynam, la cual, además de emprendimientos agropecuarios, tiene unidades de negocios de energías renovables, fibras textiles, alimentos alternativos y equipos informáticos.