Como gerente comercial de la filial local de Smurfit Kappa, una empresa irlandesa dedicada a la producción de cartón corrugado para embalajes, Gastón Serafini tomó prestado un concepto que ya está comenzando a escucharse en Europa y quiere extender a la Argentina: el de la “fruta imperfecta”.
Como muchos integrantes de la cadena frutihortícola, Serafini notó que mucha de la fruta producida no llega a ser empacada por tener un aspecto imperfecto. Por eso es descartada o enviada a la industria, no llega al mercado. Eso lo llevó a pensar en posibles destinos alternativos para esos alimentos y se topó con la idea de crear un mercado paralelo para esta fruta “poco estética”. La idea en otros países ya se está implementando activamente.
“Si lo que se busca es generar menos desperdicios, la idea de imperfectos puede proveerle una alternativa al productor para vender más fruta en fresco y generar una rentabilidad extra. Esa rentabilidad extra que consigue por la venta de ese imperfecto, que luego se destina a la comunidad local donde él impacta”, explicó Serafini en una charla con Bichos de Campo.
La fruta imperfecta -aplica también para las verduras- es aquella que tiene una forma, tamaño o color que no es el requerido por los mercados más exigentes. No se trata en ningún caso de fruta en mal estado o a punto de perecer.
“El imperfecto va a pasar a ser un perfecto sustentable porque no genera basura, no genera desperdicio, no genera ningún problema para el ambiente y además de eso, tiene las mismas propiedades nutricionales que está teniendo el otro. Si yo te cuento que ese imperfecto impacta en la comunidad local en la que estoy, que genera una mano de obra más calificada para que esté más preparada para el futuro, ¿a vos te va a dar lo mismo consumir una fruta perfecta que una que no lo es?”, preguntó Serafini.
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-¿Vos lo que querés finalmente es vender más cajas para la fruta imperfecta?- le preguntamos
-Si yo tengo gente más capacitada e instruida en el campo, en el corto plazo proveerá una mayor eficiencia y el productor que produce mejor tiene más chances de ser competitivo. Esto no apunta vender más cajas sino que la consecuencia de este ordenamiento será el incremento en la venta.
-¿Y cómo implementás ese impacto a nivel local?
-La publicidad es una forma de concientizar a la gente para saber qué hacer con eso, y ni bien lo sepan ellos solos tomarán la decisión.
-¿Conocés otras experiencias en donde esto se haya aplicado?
-Hay una que se dio en Almería, en el sur de España. Es la huerta del mundo por los elevados niveles de productividad que tiene. Pero también es una zona con alto porcentaje de descarte. No como nosotros pero sigue siendo alto. Esta cuestión no paso por mejorar la rentabilidad sino por adaptarse a una nueva realidad. Las generaciones que vienen atrás nuestro están pensando en el ambiente antes del costo que tiene una cosa. Si hay más fruta, hay más comida sana disponible para un mundo que pasa hambre en ciertos lugares.
-Acá en la Argentina, por ejemplo, tenemos que multiplicar por cinco el consumo de frutas para llegar a los niveles recomendables.
-¿Y si esta fruta se pone a disposición?
-¿El concepto de imperfecto se aplica a toda la fruta?
-Cualquier fruta. Inclusive puede ser para un pedazo de carne cuyo corte no sale perfecto. Se puede aplicar a un montón de cosas. El fin de esto es generar menos desperdicio y aumentar la oferta de producto fresco a la comunidad. Aumentar el producto fresco permite una mejora para el productor, una mejora social, una mejora ambiental y eso genera un impacto económico del que hablábamos, que hace que el negocio sea rentable y se mantenga en el tiempo.