En el día de ayer, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) recibió una notificación del Ministerio de Agricultura de Brasil en la que se confirmó que el país vecino aceptó los requisitos sanitarios propuestos por el organismo argentino para habilitar la exportación de la trucha arcoíris.
La gestión, que comenzó el pasado 7 de enero con el envió de la solicitud de acceso al mercado brasileño de productos y subproductos en las presentaciones de “Enfriados o Congelados, corte Mariposa o Entero Eviscerado”, supone un impulso a la producción acuícola nacional que demuestra todavía un lento crecimiento.
La trucha arcoíris se produce principalmente en la región patagónica y es uno de los productos que se obtienen de la acuicultura sustentable. Dicha actividad contempla además la cría de otros peces, moluscos, crustáceos y algas, y se encuentra respaldada por la Ley Nacional 27331, que instauró el Desarrollo Sustentable del Sector Acuícola.
“Nos da gran satisfacción haber podido lograr un nuevo hito en el desarrollo de la acuicultura argentina. Iniciamos este camino en 2020 construyendo las herramientas para la expansión de la actividad, y hoy ya estamos camino a la apertura de numerosos mercados. Para la Argentina, Brasil es sin duda un destino que proyectará gran cantidad de divisas y puestos de trabajo”, afirmó el subsecretario de Pesca y Acuicultura, Carlos Liberman.
La acuicultura es aún un gran negocio por explorar y explotar en Argentina. Entre los años 2014 y 2015 registró los niveles de producción más altos, llegando a “cosechar” 4.100 toneladas de pescado en todo el país. Ese número, que no es para nada alto, descendió en forma continua en los siguientes años, llegando en 2020 al piso de 2.100 toneladas.
De nuestro archivo: La cría de peces es una eterna promesa: El director nacional de Acuicultura afirma que ahora sí están dadas las condiciones para que comience a crecer
Países limítrofes como Chile y Brasil mostraron números por demás alejados del desempeño argentino. Brasil pasó de 200 mil toneladas en 2018 a 750 mil en 2019, un nivel de producción que todavía se sostiene, y Chilealcanzó el sorprendente número de 1 millón de toneladas, correspondiente principalmente a la salmonicultura, en el mismo periodo.
En este sentido, lograr habilitar un destino comercial más para esta variedad de pez –ya se envía trucha arcoíris a Japón- puede suponer un impulso para quienes lo crían en cautiverio. Desde la cartera de acuicultura han indicado que el objetivo sería llegar en un futuro a la producción de 50.000 toneladas por año.
“Nos encomendaron reposicionar la actividad acuícola como fuente generadora de alimentos de calidad, divisas y trabajo en todo el territorio nacional. Hoy podemos celebrar este tipo de medidas porque hemos confiado que este sector era posible que crezca, y sustentablemente”, señaló el director de Acuicultura, Guillermo Abdala Bertiche.