Y un día los ganaderos argentinos se cansaron de que se vendan en el mercado local “hamburguesas” de zanahoria, o “chorizos” de acelga, o medallones de “carne sintética”.
Un anteproyecto de ley del área ganadera de la Fundación Barbechando intentará poner fin a estos abusos publicitarios definiendo que quienes produzcan alimentos de origen vegetal, o que contengan células de cultivo animal producidas en laboratorio, no podrán utilizar más para vender esos productos o hacer publicidad palabras asociadas históricamente con la producción de carne.
“La presente Ley tiene por objeto garantizar que los consumidores puedan diferenciar claramente el origen de los alimentos que van a consumir”, afirma el texto consensuado en dicha Fundación integrada por productores agropecuarios, y que se dedica justamente a tratar de impulsar las políticas para el sector dentro del Congreso Nacional.
En el primer artículo, este proyecto de ley propone que “los alimentos de origen vegetal, los que contengan células de cultivo animal producidas de manera artificial, los productos fermentados y otros que en el futuro pudieran surgir no podrán hacer publicidad o comercializar, con nombres asociados a productos de origen animal y sus derivados, ni utilizar ninguna etiqueta, documento comercial, descripción o representaciones pictóricas que indique, implique o sugiera que se trata de un alimento de origen animal y sus derivados”.
Los objetivos de este proyecto de ley son los siguientes y están pautados en el artículo 2° que será propuesto a los legisladores:
- Facilitar la distinción de los productos cárnicos, de los sustitutos vegetales, productos de cultivo celular; productos fermentados, y otros que en el futuro pudieran surgir para fortalecer la comprensión de los consumidores.
- Identificar de manera precisa y clara en las etiquetas de alimentos preparados, el porcentaje de participación de los componentes de origen cárnico y del resto de los componentes del alimento en cuestión.
- Evitar la publicidad engañosa, en resguardo del consumidor.
La iniciativa de Barbechando deja al Poder Ejecutivo la posibilidad de que decida cuál será la autoridad de aplicación de esta ley, pero sugiere una serie de sanciones para las empresas que no cumplan. Por ejemplo, prevé multas de entre 5 y 500 sueldos básicos de la administración publica, o la suspensión del registro de proveedores del estado y la pérdida de concesiones. También se prevé la clausura del establecimiento que insista en el incumplimiento.
“Desde Barbechando apoyamos a toda la AgrobioIndustria y, en el caso de este anteproyecto, velamos por el desarrollo de todo el abanico de alimentos. Así valoramos el agregado de valor de todas las materias primas alimenticias. Entendemos que hay mercado para todos y que las fuentes alimenticias no cárnicas pueden desarrollarse, sin la necesidad de utilizar la carne como anclaje para posicionarse en el mercado”, explicó el presidente de Barbechando, Germán Paats, en una nota dirigida a las entidades de la Mesa de Enlace.
En esa carta, lógicamente, se pide apoyo de los ruralistas para impulsar este proyecto de ley dentro del Congreso. “La marca Carne Argentina tiene especial valor para nuestra cadena de ganado bovino, y sin ser el objetivo principal de esta ley, ya que nos concentramos en la defensa del consumidor, vemos que
la propuesta de ley resguarda esa marca tan reconocida a nivel mundial, así como todas las otras carnes en general, que también son de vital importancia para nuestro país”, indicó Paats.
En la justificación de esta iniciativa, Barbechando recordó además que tanto Paraguay como Uruguay cuentan ya con leyes en este sentido. También en el artículo 1101 del Código Civil y Comercial Argentino se indica que “está prohibida toda publicidad que contenga indicaciones falsas o de tal naturaleza que induzcan o puedan inducir a error al consumidor”. En Estados Unidos existen legislaciones similares en los estados de Missouri, Nebraska, Mississippi, Oklahoma y Texas.
En Uruguay, en tanto, en diciembre del 2020 el Congreso prohibió el uso de términos cárnicos en los nombres de productos vegetales y en proteínas obtenidas en laboratorio. Paraguay, por su lado, aprobó el 12 de mayo 2022 una ley “de protección al consumidor de productos cárnicos y sus derivados”,
Aquí, en la Argentina, Barbechando se queja porque la situación es la inversa. “Actualmente existen ofertas de alimentos que utilizan ingredientes y métodos alternativos a los sistemas tradicionales de producción, entre los que se encuentran alimentos similares a la carne de origen animal, sea por su textura, por la coloración o incluso por su sabor, pero cuya composición es diferente. Muchos son elaborados a partir de otros componentes, pero que no provienen de animales sacrificados para el consumo humano”.