Los exportadores de carne vacuna se quedaron con las ganas. Esperaban para este viernes una segunda reunión con el nuevo equipo económico del gobierno nacional, pero las autoridades la suspendieron sin mucha explicación. La cita no se realizará hasta nuevo aviso.
A pesar de los muy buenos números del negocio en los primeros siete meses del año, con precios internacionales que han subido mucho de la mano de la demanda china, los frigoríficos están pidiendo una ampliación del “cepo cárnico”. También reclaman que la Secretaría de Agricultura les autorice por fuera de los cupos la salida de 20.000 toneladas de carne que tienen acumulada desde hace al menos dos meses y que no logran colocar en el mercado interno.
Respecto del cupo mensual de exportaciones de carne vacuna, que no está definido en ninguna resolución, sino que se determina en acuerdos de palabra entre frigoríficos y autoridades, los privados pidieron que se eleve un 20%, de 30.000 a 36.000 toneladas. Eso fue planteado el lunes pasado. En ese volumen, vale recordar, no se incluyen las ventas a través de las cuotas binacionales (como la Hilton o las 20.000 toneladas del cupo preferencial asignado por Estados Unidos), ni la salida de la carne de las vacas categoría D y E destinadas a China, que está liberada.
Las empresas consideran que están dadas las condiciones de mercado y que, por lo tanto, es el momento también político para una mayor flexibilización. Para convencer al nuevo equipo liderado por el ministro de Economía, Sergio Massa, argumentan que el mercado interno está muy bien abastecido de carne procedente de los feedlots.
Los corrales están ofertando vaquillonas, novillitos y novillos en cantidades que se mantendrán altas al menos hasta octubre próximo. A ese nivel de oferta interna de hacienda, se suma que los precios de las categorías livianas (destinadas al mercado local) tienen un retraso marcado respecto de la inflación general.
A su vez, el valor de la carne vacuna también está atrasado en las carnicerías y las góndolas de supermercados: vienen perdiendo contra el ajuste por inflación registrado por el resto de los alimentos básicos.
El motivo central para incrementar el cupo exportador, y no menos importante, es la necesidad de divisas que tiene el país, que está virtualmente desierto de dólares y debe restringir importaciones (muchas de ellas básicas), lo que genera problemas enormes (y a veces críticos) a muchos sectores que dependen de insumos importados.
En el último reporte mensual de exportación del IPCVA se informó que el ingreso de dólares acumulado en 2022 fue de 2100 millones, sumando los huesos con carne. Anualizada, esa cifra podría llegar a representar 3600 millones de dólares.
La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) indicó en un balance del primer semestre que las exportaciones de carne vacuna fueron -a pesar del cepo- récord en volumen e ingreso de divisas, las cuales saltaron 39,4% hasta 1.750 millones de dólares.
Esto se debió sobre todo al alza de precios de ese alimento, que es lo que quieren aprovechar las empresas ampliando el cupo. En cambio, en volumen el incremento fue solo del 0,85% al pasar de 418.200 toneladas equivalentes res con hueso a 421.770 toneladas despachadas en enero-julio.
La “aspiradora” china de carne vacuna encendió motores y promueve precios sostenidos para las vacas