El empresario Roberto Guercetti posee en Carcarañá, cerca de Rosario, en al sur de Santa Fe, una planta de alimento balanceado que fue inaugurada en 2001. Luego armó un feedlot con capacidad para recibir a más de 10.000 cabezas y fundó otra planta de alimentos balanceado en Córdoba.
Guercetti es un hombre inquieto que siempre está buscando alternativas. Eso lo llevó a saltar el alambrado del corral y comenzar a investigar una posible incursión hacia otros rubros. En los últimos meses logró poner en marcha luego una empresa de maquinaria agrícola, en la que ya trabajan 30 personas.
“En Argentina tener pymes es un problema y yo para tener un poco más (de problemas) tengo tres”, bromeó el empresario, que efectivamente está armando su tercera empresa, una industria metalmecánica llamada Idealar, “Está basada en la evolución que vemos que se va a dar en esta actividad y en la necesidad de tener proveedores de autopartes de las empresas”, explicó el dueño del feedlot Conecar.
La apuesta de Guercetti es siempre agregar valor en una cadena agroindustrial “que permite que los muchachos de la política se den el lujo de saquear sobre todo al productor con una carga impositiva gigante. En ese contexto tenemos que hacer lo mejor para salir adelante”, añadió también con ironía.
La inauguración oficial de la nueva planta será en el segundo semestre del año, pero la firma ya está operando y entregando los productos en tiempo y forma.
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“Empezamos haciendo corte y plegado. Tenemos 3 cortadoras, dos guillotinas, un pantógrafo y viene en camino un láser. En otra nave tenemos el armado. Podemos entregar corte y plegado que es el servicio primario, el armado que es el secundario, y tenemos preparado todo para pintar. Podemos entregar una parte de maquinaria agrícola ya lista para ensamblar”, explicó el flamante industrial.
La intención es darle un servicio a las empresas que fabrican maquinarias. Se trata de operar como empresa tercerizadora para distintas marcas y “así nuestras piezas estarían presentes en diferentes tipos de equipos”. El razonamiento de esta vinculación con fabricantes nacionales es que “así ellos bajan costos y nosotros -al operar para diferentes firmas- nos volvemos más productivos también”.
El empresario agroindustrial dijo que la maquinaria agrícola trabaja con alto nivel de productividad y capacidad instalada en los últimos años. En 2021 estaban sobrevendidos a un año de tiempo y ahora demoran en las entregas de 6 a 8 meses. Esta tensión de crecimiento “los complica a producir repuestos y ese nicho de mercado importante lo queremos capitalizar aprovechando toda la experiencia de Conecar”, indicó.
Guercetti dijo que hay mucho por desarrollar, que cuando se piensa en la maquinaria agrícola se piensa en la producción agrícola “pero cuando uno va a otros lugares se da cuenta de que falta maquinaria para la avicultura, viñedos, producción de cítricos, de azúcar. Si uno sale de la caja se encuentra con eso fuera de la región centro del país”.