Al gobierno de Cambiemos ya se le está acabando el carretel con eso de las tan mentadas Mesas de Competitividad, esas reuniones colectivas donde se juntan funcionarios y empresarios a debatir las cosas para que se resuelvan. No es que la figura sea mala, sino que en algunos casos finalmente no se resuelve casi nada y la gente del sector privado se cansa de esperar. Sucedió esta semana con la mesa de los Lácteos, donde ya hubo entidades de tamberos que ni siquiera asistieron y quedó patente la imposibilidad de avanzar. Y ahora está sucediendo con la Mesa más apreciada por el presidente Mauricio Macri, a la que le ha puesto mayor esfuerzo: la Mesa de las Carnes.
En rigor, esta mesa acaba de perder una de las patas más importantes y, a menos que alguien haga algo para evitarlo, así quedará demasiado chueca como para servir de mesa, una superficie al menos pareja. A pocas horas de una nueva reunión convocada con Macri, la Cámara Argentina de la Industria Frigorífica (Cadif), anunció su retiro de ese ámbito mediante un comunicado.
Preguntará un desprevenido: ¿Y qué importa que se vaya Cadif si en esa mesa están representadas más de cuarenta entidades? Bueno, a esa pregunta hay que contestar que esa cámara agrupa a los principales frigoríficos que atienden el consumo en el mercado bonaerense, y que fue desde allí donde nacieron buena parte de las ideas que dieron origen al plan para reducir la informalidad existente en la cadena de la carne que se lanzó en marzo de 2017.
En rigor, la carta que la entidad mandó al resto de la mesa es firmado por Fernando Brizzolara. El vicepresidente de Cadif fue uno de los grandes cerebros detrás del plan para regularizar a todos los operadores (frigoríficos y sobre todo matarifes) del conurbano, con el sistema de pagos anticipados para destrabar los permisos de faena, que luego se aplicó desde la Dirección Nacional de Control Comercial Agropecuario que dirige Marcelo Rossi.
Si a alguien le interesa profundizar, este periodista había anticipado estas desinteligencias al hablar en el último congreso ganadero de Rosario:
“Hemos integrado la Mesa de las Carnes desde su etapa embrionaria, allá por marzo de 2015, varios meses antes de la asunción del gobierno de Cambiemos”, recordó el comunicado de Cadif al resto de la cadena, que también firma el controvertido presidente de la entidad y titular del grupo Penta, Ricardo Bruzzese, uno de los principales faenadores de hacienda en el conurbano.
La cámara también remarcó que “a poco de andar, hubo consenso en que uno de los principales aspectos a encarar debía ser la falta de formalidad en sus diversos aspectos: previsional, sanitario, tributario, etc. que caracterizaba a los diferentes eslabones de la cadena de valor”. Y sacó a relucir su aporte en la gestación del plan: “Es reconocido que Cadif participó muy seria, activa y profesionalmente en el diseño”, ya que “el accionar de los principales referentes de Cadif fue fundamental para la implementación de cuestiones básicas, donde la principal fue lograr en tiempo récord que el fundamental principio ‘Un Operador, una Matrícula y Cada Quien Trabajando a su Nombre’ se convirtiera –contra todo pronóstico- en una realidad de mercado”.
“Se trataba de una cuestión elemental, sin la cual ningún proceso a favor de la transparencia habría sido posible. Fue imprescindible empujar fuerte para lograr algo tan difícil como transformar los usos y costumbres vigentes por muchas décadas en el sector, consistentes en el ocultamiento de los verdaderos titulares de faena; una situación absolutamente generalizada, en la cual participaba toda la cadena de valor, y era tolerada de hecho por las autoridades”, enfatizó la carta firmada por Bruzzese y Brissolara.
Es decir, la cámara que agrupa a varios de los principales barones de la carne del conurbano le está avisando al Gobierno que su aporte fue sustancial para que Macri pudiera lucirse con una mejoría notable de la transparencia comercial en el sector. En rigor, el propio presidente dirigió personalmente media docena de reuniones de esta Mesa (que es coordinada directamente por uno de sus amigos, el ganadero David Lacroze) y la puso como ejemplo de lo que había que hacer en varios discursos.
¿Y entonces, si todo fue un éxito, por qué razón ahora una de las entidades que más cooperó con la génesis del plan decide abandonar ahora el barco?
Las explicaciones de Cadif son las siguientes:
Por un lado, argumenta que mientras un grupo de plantas de faena aceptaba ponerse en regla y pagar los anticipos por cabeza, hubo otros operadores (sobre todo cooperativas de faena y algunos matarifes) que siguieron operando en negro y quitándole porciones de mercado a quienes adherían al sistema. “Lo inaceptable es que, transcurrido un año y medio, esa injusticia aun se tolere, porque va en contra los más cumplidores, porque afecta la recaudación tributaria y porque provocará el colapso del sistema. En este neurálgico aspecto, entendemos que ha sido muy escaso el accionar de la Mesa de las Carnes”, es la lapidaria crítica hacia el Gobierno.
Cadif critica además que ahora “se pretende avanzar sin afianzar la etapa inmediata anterior”, en referencia a la implementación por parte de la AFIP de un Remito Electrónico de Carnes (REC), que será un documento obligatorio a partir de septiembre para todo traslado del alimento entre las plantas de faena y los puntos de venta minorista, las carnicerías. “Vemos con preocupación que la conducción de La Mesa de las Carnes, en diversas temáticas y sobre todo en los últimos tiempos, haya adoptado posiciones hacia afuera diferentes a lo que opinan y concluyen los representantes de las entidades que la conforman. La implementación del REC es un claro ejemplo de ello. El tema se debatió internamente en no menos de tres oportunidades, siempre con idéntico resultado absolutamente mayoritario: ‘no están dadas las condiciones de mercado para implementarlo’. Esa fue la posición de la Mesa hasta la última reunión con el Presidente Macri”. Sin embargo, cortándose sola, con la anuencia de Jefatura de Gabinete pero con la discrepancia de Agroindustria, la AFIP se cortó sola y tomó la decisión.
Ver: Nuevo remito electrónico para mover la media res hasta la carnicería
También se critica con mucha dureza la decisión de ARBA, la agencia recaudadora bonaerense, de poner en cabeza de los frigoríficos y los matarifes que aceptaron las nuevas reglas de juego la recaudación de percepciones de Ingresos Brutos a nombre de las carnicerías “no registradas” de la provincia, en rangos muy elevados del 8%. Las carnicerías de la provincia, se sabe, difícilmente aceptan facturar la venta de carne al consumidor. Por tanto, la imposición de ARBA es un bocado muy difícil de tragar para un conjunto de matarifes que habían decidido jugar bajo las reglas del nuevo sistema.
Ver: Marcelo Salgado: “El Gobierno nos hace confrontar a los matarifes con los carniceros”
El resumen de la posición de Cadif está en este párrafo del documento. Explica que ellos, como industria organizada, apostaron al blanqueo de la actividad mientras enfrente permanecía “un núcleo duro que jugaría en contra del sistema, apostando a su fracaso”.
Y añade: “Desearíamos se comprenda que la situación de la industria organizada orientada al consumo interno ha sido muy difícil desde la puesta en marcha de los cambios implementados por el gobierno, el escenario se ha complicado sobremanera en el último semestre y que vemos una fuerte tendencia negativa a corto y mediano plazos, si no se adoptan medidas efectivas y rápidas”, avisó.
El portazo de Cadif se conoce a pocas horas de que está anunciada una nueva reunión de la Mesa de las Carnes este próximo lunes, en la que se había anunciado nuevamente la participación de Macri. El jueves 19, en el ámbito de la Exposición Rural de Palermo, debe realizarse además un nuevo seminario de la mesa, semejante al que dio origen tres años atrás a esta movida que ahora sufre su primera gran crisis.