El mes de mayo es crucial en la Argentina porque concentra las exportaciones de productos agroindustriales derivados de la cosecha de granos gruesos. Se trata del mes más “activo” en la “temporada alta” exportadora del país.
Sin embargo, los últimos datos oficiales (Indec) muestran que en mayo pasado el superávit comercial registrado por la Argentina fue de apenas unos míseros 356 millones de dólares como producto de exportaciones por 8226 millones de dólares (+20,7% que en mayo de 2021) e importaciones por 7870 millones (+53,1%).
Está claro que, a pesar de la buena performance de las exportaciones, Argentina tiene un problema importante con las importaciones, el cual se explica fundamentalmente porque el descalabro energético presente en el país.
La semana pasada el presidente Alberto Fernández manifestó que la estatal YPF funciona como una “empresa testigo” que “ordena el mercado”, lo que resulta insólito, porque si hay algo desordenado en la Argentina es precisamente el mercado energético.
La desinversión y la ausencia de planificación presente en el sector energético, además de provocar un desabastecimiento crónico de gasoil, están consumiendo una cantidad descomunal de divisas que podrían ahorrarse si la Argentina tuviese un sector energético tan eficiente como el agroindustrial.
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En mayo pasado el informe del Indec remarca que se destacaron las importaciones de gas natural licuado (con una suma de 580 millones de dólares adicionales a las consumidas en el mismo mes del año pasado), gasoil (+152 M/u$s), gas natural (+121 M/u$s y fueloil (+82 M/u$s).
Se trata de divisas que podrían permanecer en el país si la Argentina contara con inversiones adecuadas y una política inteligente orientada, precisamente, a ordenar la matriz energética con los abundantes recursos hidrocarburíferos y orgánicos (biocombustibles, biogás y biometano) disponibles en el territorio.
El valor de los combustibles importados en mayo pasado, que desequilibró la balanza comercial, experimentó un aumento del 226% como producto de un aumento del 115% en el precio y del 51% en las cantidades. Una auténtica bestialidad que no pudo ser compensada por el esfuerzo adicional realizado por el agro.
En cuanto a las exportaciones, que se encuentran desincentivadas por cupos de exportación, derechos de exportación y retenciones “cambiarias” y “encubiertas” (fideicomisos), en mayo pasado los mayores ingresos adicional de divisas fueron aportados por el trigo (+247 M/u$s que en el mismo mes de 2021), harina de soja (+235 M/u$s), aceite de soja (+210 M/u$s), maíz (+198 M/u$s), aceite de girasol (+125 M/u$s) y carne bovina congelada (+66 M/u$s).