EU-SAGE es una red de científicos especializados en cultivos que trabajan en 134 institutos europeos vinculados al mejoramiento vegetal. La entidad ha estado confeccionando una interesante base de datos que muestra los avances de la edición génica en este capítulo de la investigación: Dentro de más de medio millar de experimentos avanzados que modifican con esta técnica el genoma de un total de 63 cultivos. En el listado se encuentran dos iniciativas originadas en la Argentina.
“La base de datos muestra que la edición del genoma se usa en una amplia variedad de cultivos para mejorar diversas características, muchas de las cuales pueden contribuir a una agricultura más sostenible”, indica una crónica de AgNews sobre esta base de datos.
El acceso al listado de intervenciones en cultivos mediante edición génica puede ser visto aquí.
“Las técnicas de edición del genoma son herramientas prometedoras en el fitomejoramiento. Para facilitar una comprensión más completa de las aplicaciones actuales y futuras de la edición del genoma en cultivos, EU-SAGE desarrolló una base de datos en línea interactiva y de acceso público de cultivos editados por genoma. El objetivo es informar a las comunidades interesadas de manera transparente sobre la evidencia más reciente sobre las aplicaciones de edición del genoma en cultivos”, indica el sitio de EU-SAGE.
A partir de este enorme trabajo de recopilación se pudo:
- Identificar aplicaciones de edición del genoma en más de 60 cultivos diferentes, la gran mayoría en arroz, tomate, maíz, soja y trigo.
- Las características de los cultivos mejorados son diversas y relevantes para los agricultores (por su valor agronómico) así como para los consumidores (la mayoría apunta a una mejor nutrición).
- La mayoría de las aplicaciones de edición del genoma son cultivos con pequeños cambios genéticos específicos similares a los cambios genéticos introducidos en cultivos con métodos de mejoramiento convencionales.
China y Estados Unidos son los países que lideran en número en este tipo de investigaciones, pero también hay aportes de varios países europeos, de Nueva Zelandia y Australia, de Israel y de Japón, de Corea del Sur y de India, y unos pocos ensayos originados en América del Sur. Brasil contabiliza dos investigaciones. La Argentina aparece mencionada en otras dos.
- Una de ellas es llevada a cabo por la Universidad Sueca de Ciencias Agrícolas, y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y el Laboratorio de Agrobiotecnología de INTA. Se trata de generar “almidón con una proporción de amilosa aumentada y cadenas de amilopectina alargadas. En los productos alimenticios, el alto contenido de amilosa y las largas cadenas de amilopectina contribuyen a un índice glucémico (GI) bajo después de la ingesta, lo que contribuye a los beneficios para la salud”.
- La segunda menciona al mismo CONICET, con el Laboratorio de Agrobiotecnología de INTA y la Universidad Nacional de Mar del Plata. Aquí se investigó el “pardeamiento enzimático reducido”, ya que “la formación de precipitados de color oscuro en frutas y verduras provoca cambios indeseables en las propiedades organolépticas y la pérdida de la calidad nutricional”.
En la revista científica ‘Trends in Plant Science‘ se publicó el siguiente resumen sobre esta base de datos:
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