Daniel Arambarri, productor de Pergamino, no tiene drama que le digan que produce “chanchos” como sucede con otros productores más modernos que se ofenden si no se los menciona con propiedad como productores de “cerdos”, que suena mucho más prolijo y moderno. Daniel es cuarta generación de productores en el campo y sigue con la tradición familiar de alternar producción de granos y de capones. Es de los de siempre, no de los nuevos.
A Daniel le pedimos que nos explique por qué se están quejando tanto los productores porcinos de la Argentina. Y él lo hace a la perfección, porque no oculta nada y dice lo que piensa.
“El cerdo siempre fue una producción con altibajos, no es una actividad que se mantenga mucho, ya que varía según el precio del maíz, depende mucho de eso. En este momento hay mucha gente que está dejando los criaderos porque el precio del maíz está muy alto y el precio del cerdo está muy bajo”, sintetiza Daniel.
Luego explica que tradicionalmente se calcula que la situación ideal para encarar la conversión de granos (maíz) en carne (cerdo) se registra cuando el precio del kilo vivo de capón llega a ser de entre 8 y 10% del de una tonelada del grano forrajero.
La distorsión actual, entonces, es hoy (al momento de esta entrevista, unos días atrás) muy visible, ya que el valor del maíz oscilaba en 4.400 pesos por tonelada mientras que el kilo vivo de capón andaba por los 25 pesos. El ideal para asegurar rentabilidad al productor de chanchos debería haber sido, según esta cuenta casera, de unos 40 a 44 pesos.
Mirá la entrevista completa a Daniel Arambarri:
“Al que no tiene el alimento y tiene que salir a comprarlo, se le hace totalmente inviable la producción de cerdos. El que tiene que comprar el maíz tiene que dejar, porque está perdiendo plata”, resume el productor de Pergamino, quien asume que la única solución es que suba el precio del cerdo en pie. Cree que existe margen para que eso suceda, porque el precio final de esa carne al consumidor está bastante más alto, parejo con el de la carne vacuna.
Ver: Los Productores de cerdos no piden subsidios sino reglas claras.
Aranbarri cree que el gobierno, al eliminar las retenciones y promover devaluaciones tan exageradas del peso, no previó el impacto de estas definiciones macroeconómcias en las pequeñas producciones de carne que dependen del maíz. “Por ahí deberían haber dejado un pequeño subsidio para que el maíz no se fuera al precio tan alto al que está hoy. El criador de cerdo, el de pollo, están en un momento bastante complicado”, afirma.
La siguiente pregunta es, en este contexto, cómo toman los productores que el gobierno de Mauricio Macri no haga nada frente a la importación de carne porcina, e incluso habilite el mercado para el ingreso de carne de Estados Unidos. “Nos cae mal. Los países del primer mundo protegen al productor, pero acá esta entrando mucha carne de afuera que supuestamente viene congelada y no se puede descongelar para vender al público. Pero muchos negocios lo están haciendo y no le avisan al consumidor. y eso está prohibido”, se queja Daniel.
El pequeño productor porcino cree que también podría ayudar, ante la crisis sectorial, poner límites más severos a la carne importada. “No trayendo carne de afuera se podría elevar un poquito el precio del capón vivo, porque la importación hace bajar el precio interno. Si no se importara tanta carne, se equipara a lo mejor el precio del cerdo vivo con el de góndola. Yo calculo que ayudaría un montón”, razona.
Mientras tanto, el porcinocultor afirma que “habría que ayudar un poquito, dar un subsidio o alguna ayuda al productor de cerdo, para que pueda seguir en este momento en el que se están cerrando un montón de criaderos. Si no hay producciones chicas como la nuestra, no va a quedar nadie en el campo, solo los grandes productores”, advierte.