Hace unos años, el grupo global Ferrero, especializado en chocolates, huevos con sorpresa, bocados y otras exquisiteces que recorren el mundo, llegó a plantar 200 hectáreas de avellanas en los valles irrigados de Río Negro, habida cuenta de la gran potencialidad que tiene esa zona para producir frutos secos. Era casi la mitad de la producción total de avellanas en el país. Pero la expectativa de que las inversiones del gigante de las golosinas se afianzaran en la Argentina, donde desembarcó en los años 90, duraron poco. Los italianos acaban de ratificar que Chile será su gran base de operaciones en la región.
En las últimas horas, la empresa chocolatera confirmó junto al Ministro de Agricultura chileno, José Guajardo Reyes, la instalación de una nueva planta de transformación de este fruto seco en la región de Ñuble. La obra considera una inversión de 50 millones de dólares y duplicará la producción actual de avellanas en el vecino país, que ya es uno de los principales productores de avellanas a nivel mundial y se consolidará en esa posición.
Ferrero desembarcó en Chile a la par de la Argentina, treinta años atrás. A través de su filial agrícola AgriChile cuenta allá con plantaciones de avellano europeo y cuatro plantas de limpieza y secado en las regiones del Maule y La Araucanía.
Según cifras oficiales, para 2021 había implantadas en Chile 24.456 hectáreas de avellanas, representando el 7% del total de las frutas plantadas en el país. En ese contexto, se proyecta un crecimiento constante de esta superficie, estimando que para 2025 habrán 45 mil a 50 mil hectáreas. En la Argentina, mientras tanto, la superficie de avellanos no llega a 600 hectáreas, el 90% en Río Negro.
Aquí no se vislumbran nuevas inversiones de los fabricantes de los huevitos Kinder, del Nutella o de los bocados Ferrero Rocher. El proyecto anunciado por el Grupo italiano se basa en que Chile abastecerá a todas las plantas de proceso de la empresa en Sudamérica y Norteamérica, posicionándose como el tercer país proveedor de avellanas de la compañía, después de Turquía e Italia.
Guajardo Reyes, el ministro chileno, valoró la incorporación de esta nueva planta y celebró la posibilidad de posicionar a Chile como una de las fuentes relevantes para el abastecimiento de este fruto. “Esta acción es una muy buena noticia, ya que involucra crecimiento y generación de empleo, y, por otra parte, significa que están confiando en nuestra agricultura, a pesar del complejo escenario mundial que vive el rubro por causa del cambio climático. Sabemos que existen las ganas por producir y esta inversión lo demuestra. Esperamos aumentar la calidad, la productividad, como también empujar el desarrollo de nuevas plantaciones y procurar la sustentabilidad del cultivo de avellano europeo”, dijo.
La planta que se construirá en la región de Ñuble estará operativa a finales de 2023. Se proyecta que cuando esté en funcionamiento, generará 40 nuevos empleos locales de forma permanente en temporada baja y 100 en temporada alta, lo que representa un aumento del 10% de la fuerza laboral de AgriChile.