La actual campaña de trigo argentina 2022/23 no se parecerá en nada a las registradas en los últimos años. El problema es que, obnubilados por los altísimos precios internacionales del cereal, algunos productores aún no se dieron cuenta.
Un gráfico elaborado por el equipo técnico de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) muestra con claridad el origen de la distorsión al reflejar el descomunal adelantamiento de Declaraciones Juradas de Ventas Externas (DJVE) de trigo 2022/23 registrado a la fecha.
Así como los productores agrícolas suelen ir vendiendo parte de la cosecha esperada de trigo a lo largo del año para ir “construyendo” un determinado precio promedio de venta, lo usual es que los exportadores hagan lo mismo, pero con las registraciones de ventas externas, dado que, al realizar una DJVE, van “calzando” precios de exportación FOB a partir de los cuales, una vez concretado el embarque, se procederá a liquidar la operación para ingresar las divisas al sistema financiero argentino.
La normativa vigente desde octubre de 2019 determina que los exportadores de productos agroindustriales están obligados a abonar al menos el 90% del derecho de exportación correspondiente dentro de los cinco días hábiles desde la registración de las DJVE, lo que implica, en los hechos, que el impuesto debe pagarse por adelantado. En el caso del trigo, la alícuota es del 12,0% del valor FOB.
Eso hizo que, para aprovechar la suba sideral de precios internacionales del trigo ocurrida luego de la invasión a Ucrania, el gobierno de Alberto Fernández procediera a habilitar la mayor parte de cupo de exportación de trigo 2022/23 con el propósito de hacerse de recursos tributarios de manera temprana. El sistema funciona como una suerte de “caja” de fondos ante situaciones de emergencia que, por supuesto, implica resignar ingresos tributarios futuros. Los valores FOB fijados por el gobierno para las DJVE 2022/23, increíblemente, se ubicaron bien por debajo de las referencias internacionales, probablemente como “anzuelo” para promover declaraciones masivas en un tiempo récord.
Tales movimientos se vienen reflejando en la firmeza de las cotizaciones de los contratos de Trigo Rosario 2022/23 del Matba Rofex, pero vale recordar que la cuota de libre disponibilidad del cupo de exportación es de 9,0 millones de toneladas y ya se registraron DJVE por 8,51 millones. Es decir: está a pocos pasos de completarse.
El escenario comercial del trigo 2022/23 posterior al “llenado” del cupo contiene riesgos considerables, porque los exportadores podrían retirarse del mercado hasta poder usar, recién en noviembre próximo, el cupo del millón de toneladas restante correspondiente al margen de seguridad establecido por el gobierno.
Y luego habrá que considerar, si –clima mediante– es factible o no una ampliación del cupo de exportación fijado por el gobierno en 10 millones de toneladas.
Si la cosecha fracasa, entonces podría darse el caso inédito de una restricción de oferta con precios “planchados” o decrecientes por escasa presión de demanda del sector exportador. En tal escenario, la molinería tendría todo el año 2023 para hacerse un “pic nic” comercial con la oferta de trigo disponible.
En cualquier caso, más allá de lo que ocurra finalmente con la cosecha por levantar a partir de diciembre próximo, es necesario saber que el exagerado adelantamiento comercial de la producción de trigo 2022/23 introducirá un componente novedoso que puede llegar a generar distorsiones importantes que impactarán, seguramente, en los “números” de aquellas empresas agrícolas no acostumbradas a realizar planificación comercial.
Creció a un 60% la probabilidad de ocurrencia de una Niña para el último trimestre del año
Excelente análisis
Creo que se quien le llevó al gobierno el libreto de adelantar el 90% de los DEX
Es tan amoral que parece que no tenemos salida