Las tres entidades que agrupan a los industriales que muelen trigo ratificaron esta tarde frente al secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, que no están de acuerdo con el Fondo Estabilizador del Trigo Argentino (FETA), aunque también indicaron que darán libertad de acción a las empresas para que se adhieran al mismo y reciban los millonarios subsidios que el gobierno promete a aquellos que acepten vender la bolsa de harina a los precios de antes del inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania. En aquel momento el trigo estaba a 25.000 pesos por tonelada y ahora casi toca los 45.000 pesos.
Lo mismo, palabras más o menos, hizo Feletti. Tras conocer el rechazo de los dirigentes del sector molinero, en un comunicado ratificó que el fideicomiso sigue adelante y que él negociará directamente con cada una de las empresas. Hasta el momento, la única adhesión conocida al fideicomiso es la de Molinos Cañuelas, empresa que por si sola maneja el 22% del mercado.
Los casi 160 molinos que existen en la Argentina están divididos en tres organizaciones gremiales: la FAIM (Federación de la Industria Molinera), Apymimra (Las Pymes Molineras) y CIM (Cámara de Industriales Molineros). En esos tres casos hubo la semana pasada comunicando contando las razones que tenían las empresas asociadas para rechazar su adhesión el fideicomiso triguero lanzado por Feletti, que se fondeará con unos 400 millones de dólares obtenidos de la suba de las retenciones a los derivados de la soja definida hace unas semanas.
La principal razón de los molinos para dudar del FETA es que no quieren ser el jamón del sanguche. Es decir, no quieren cargar con el costo financiero de tener que vender la harina mucho más barata de lo que vale en el mercado, como les reclama Feletti, y esperar determinado tiempo para recuperar el dinero del fideicomiso. La mayoría de los molinos no podría soportar más de dos semanas financiando el Estado, en caso de demoras. Ya lo sufrieron entre 2008 y 2011, cuando la ex ONCCA era un nido de corrupción y solo facilitaba los pagos a los grandes molinos que fueran “amigables” con el oficialismo.
Pero Feletti insistió y convocó a los directivos del sector esta tarde, para intentar dar vuelta la taba.
A partir de aquí las versiones son confusas, pero apuntan más o menos en el mismo sentido: El secretario de Comercio ignorará la opinión de las organizaciones empresarias y avanzará en acuerdos individuales con las empresas molineras.
“Para la puesta en marcha del Fondo Estabilizador, se trabajará de manera individual con cada una de las empresas molineras, ya que las estructuras intermedias aglutinantes (federaciones, asociaciones y demás entidades) no reúnen los requisitos para aplicar como destinatarios de los desembolsos del fideicomiso, que se asignan a las empresas particulares”, se ocupó de aclarar un comunicado distribuido por el organismo. Más clarito echale agua.
El titular de la FAIM, Diego Cifarelli, envió a los medios una escueta declaración en la que aclaraba que se había mantenido el rechazo de las cámaras, aunque también precisaba que se había decidido dar “libertad de acción” a las empresas, para que individualmente decidan su mejor opción. Molinos Cañuelas es socia de esa Federación.
Luego, en declaraciones a C5N, el propio Cifarelli indicó que los molinos que participen del fideicomiso “tienen la obligación por resolución de la Secretaría de Comercio Interior de vender a los precios que dice la resolución. Y el que no participa no va a recibir ninguna compensación, paga (la tonelada) el trigo a los 46.000 pesos que tiene hoy y vende la harina en función del precio que paga”, explicó. “Por eso es que seguramente estaremos asistiendo aun modelo mixto, donde habrá empresas que quieran asistir a este fideicomiso y otras que no”, agregó.
Bichos de Campo publicó la semana pasada un artículo donde se refleja las diferencias internas que este tema provocó en el seno de la FAIM. En la última reunión de esa Federación, luego de una reunión con Feletti a la que asistió junto a Molinos Río de la Plata, Molinos Cañuelas ratificó que tenía pensado adherir al sistema para poder cobrar las compensaciones, pero el resto de las empresas se manifestó en contra.
En varios sectores de la molinería se sospecha que el fideicomiso de Feletti es casi un “traje a medida” del molino propiedad de la familia Navilli, que siempre mantuvo una muy buena relación con los diferentes gobierno pero aún así no pudo evitar ingresar a convocatoria de acreedores con una deuda casi o más grande que la que tenía Vicentin, por más de 1.300 millones de dólares. Entre los acreedores, claro está, figuran el Banco Nación y el propio Fisco.
Uno de los argumentos para sospechar que se busca favorecer a Cañuelas con fondos frescos del Fideicomiso es que se incluyeron en el sistema compensaciones para las harinas especiales (como las cuatro ceros o las de tapas de empanadas), que están muy lejos de ser las que se utilizan para elaborar el pan común que pretendía subsidiar el gobierno. En ese tipo de harinas, Cañuelas lleva la voz cantante en el mercado. Otra sospecha apunta a los años de molienda que se tomarían en cuenta para calcular los subsidios.
En el comunicado oficial, pese a que las críticas de la molinería fueron visibles, Feletti mantuvo su relato imperturbable: Informó que la convocatoria a los dirigentes molineros “se dio en el marco de la puesta en marcha del FETA, mecanismo establecido por el Gobierno Nacional para desacoplar los precios del mercado interno de la volatilidad que presentan a nivel internacional”.
“La herramienta establecida por el Gobierno se encuentra implementada y ya cuenta con las
primeras empresas inscriptas para recibir los subsidios correspondientes, las cuales tienen una
significativa participación en el mercado”, indicó el comunicado.
Según la particular visión del funcionario koirchnerista, que de todos modos abandonó rápido la reunión y dejó a cargo de la misma a dos técnicos subordinados, “las cámaras molineras plantearon la voluntad de participar del FETA si se reconocen algunas particularidades productivas del sector y una mejora en el precio final de la bolsa de harina industrial -en función de la volatilidad que ha adquirido el mercado mundial de trigo luego de la reciente retirada de la República de la India-. Además, se plantearon las dificultades que genera la presión de exportadores locales en la compra de trigo destinado al mercado interno”.
Es chino puro. Por lo pronto, el imperturbable Feletti se reunirá este martes con la cámaras de pastas frescas, propietarios de pizzerías, casas de empanadas y actividades afines, fideeros y asociaciones de panaderos, prometiendo harina barata para todos y todas.