Los precios de los insumos agrícolas, especialmente los fertilizantes, “están cambiando de tendencia”, dijo el consultor Jeremías Battistoni, de la consultora AZ Group.
“Estamos viendo bajas fuertes y sobre todo en la Urea, que cayó 200 dólares por tonelada”. El valor FOB de este fertilizante ronda los 700/750 dólares, lo que significa un precio de paridad puesto en el mercado local de 1.000 dólares. “El mercado local está copiando la baja y ya se la consigue en 1.000/1.100 dólares”, indicó.
Se trata sin dudas de una muy buena noticia pensando en la campaña de trigo, cultivo que requiere de este insumo de forma significativa. Cerca del 30% del consumo total de fertilizantes en la Argentina va dirigido a este cultivo. Había mucha preocupación por el impacto del alza de los valores internacionales y también por la disponibilidad. No es para descorchar, pero esta baja ayuda algo.
“La relación insumo-producto con el trigo mejoró. Está en línea con el promedio de los últimos 12 meses pero mejor que respecto de los picos de precios del fertilizante. Con un trigo a cosecha de 340 dólares y este precio nuevo de la urea, la película cambia”, dijo Battistoni.
El consultor agregó que tras el parate por la invasión a Ucrania, Rusia comenzó a encontrarle la vuelta y a comercializar parte de su producción y la India, que es el comprador de referencia, aprovechó para pagar 200 dólares menos por tonelada.
La caída también se está dando en los fertilizantes fosfatados, aunque es menor. “En el mercado mundial hay bajas de 70 dólares por el monoamónico, pero de 30 dólares en el local, que sigue alto en torno a los 1.400 dólares”.
Respecto de los herbicidas indicó que el glifosato bajó fuerte en China, pero el mercado local se mostró estable e incluso otros productos, como la atrazina, reaccionaron a la suba. “Tiene que ver con los problemas logísticos que genera el covid en China”, evaluó el experto.
“Debería sostenerse la baja y ver cómo termina copiando el mercado local una vez que se encamine la resolución de ese problema. Además tenemos otros problemas que incluyen las restricciones a las importaciones y la disponibilidad de dólares, que hacen que los comercializadores busquen cubrirse y por eso los cambios muchas veces no tienen un reflejo total ni inmediato”, dijo Battistoni.