Un aluvión de liquidaciones de contratos futuros de materias primas agroindustriales y metalíferas –instrumentado por grandes fondos de inversión corporativos– provocó hoy lunes importantes bajas de precios de tales commodities en el mercado internacional.
El impulso bajista que se llevó “puesto” a muchos productos por factores financieros que no necesariamente están relacionados con cuestiones de oferta y demanda de los diferentes mercados específicos.
Sin embargo, hay un producto que logró, al menos en la posición más cercana del mercado estadounidense CME Group, “sobrevivir” a la masacre: se trata de la harina de soja.
Un de las dos razones que explican ese fenómeno es el hecho de que India habilitase un nuevo cupo de importación de harina de soja de 550.000 toneladas proveniente de granos transgénicos. Como no se esperaba que este año esa nación asiática comprara harina de soja, la noticia representa un claro factor alcista.
La otra variable es el bajo nivel de embarques previstos de harina de soja por parte de la Argentina, que es el mayor exportador mundial del producto por lejos al concentrar más del 40% de las venta a nivel global.
Para el presente mes de mayo, hasta el momento los exportadores argentinos registraron embarques de harina de soja por 1,25 millones de toneladas, mientras que en mayo de 2021 se habían embarcado 3,46 millones de toneladas. Parte de esa baja performance se explica por las pérdidas productivas registradas por la soja de primera debido a una sequía estival.
Ambas circunstancias hacen que la demanda internacional de harina de soja, ahora potenciada por India, se focalice en Brasil y EE.UU., que concentran entre ambos el 44% de las exportaciones previstas para el presente ciclo comercial 2021/22.