El cultivo del arroz en Entre Ríos, donde se siembran unas 64 mil hectáreas, genera 5.127 empleos de forma directa e indirecta. ¿Es poco o mucho? Una simple comparación da buena cuenta de su significación. En la misma provincia se siembran 1,2 millones de hectáreas de soja, veinte veces más que de arroz, pero esa actividad genera 7.059 fuentes de trabajo, apenas unos 2.000 más.
El impacto de la cadena arrocera como actividad productiva, con especial atención en la generación de empleo, fue el eje de una investigación realizada en el marco del convenio entre la Bolsa de Cereales de Entre Ríos y la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER).
El trabajo intenta aportar datos para la aplicación de políticas públicas para este sector productivo, como factor del desarrollo económico y social relevante para la provincia. No es algo que suceda hoy: la política local se desentiende bastante de la cadena y descuida su potencial. La mejor prueba es que casi no hubo respuesta a los reclamos por el impacto de la suba fuerte de tarifas eléctricas sobre la actividad. En las últimas campañas, además, se ha reducido la superficie y el número de productores que optan por el cereal.
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“La cadena del arroz es un ejemplo de un complejo productivo que tiene un alto impacto regional, por la generación de valor agregado, empleo, exportaciones y por tener sus propio marco de innovación. Es un ejemplo a seguir en relación a otras cadenas, ya que podríamos hacer lo mismo con distintas actividades productivas que tenemos en la provincia y que incide en la capacidad de crear empleo en el futuro, que es el gran desafío de la sociedad actual”, destacó el contador Leandro Rodríguez, secretario de Investigación de la facultad, que presentó el trabajo en la 29° Jornada Técnica Nacional del Cultivo de Arroz realizada en la ciudad de Concordia.
Los números del arroz, más allá de la difícil coyuntura actual, evidencian que “existe un enorme potencial en el sistema productivo, hay espacio para generar empleo genuino y de calidad, valor agregado, exportaciones y acumulación de capital”, sostuvo el investigador. Entre Ríos explica casi la mitad de la superficie nacional y Corrientes aporta otro tanto.
Los números del arroz dejan fuera de carrera a los productores más chicos
El profesional explicó que el complejo arrocero “ha generado capacidad en el sector secundario, en el procesamiento y comercialización del arroz, lo que nos distingue como provincia”. Y reclamó:” Con políticas públicas de largo aliento que incorporen acuerdos sectoriales público-privado, es factible emular y fortalecer de alguna forma lo conseguido en la cadena de valor del arroz”.
El estudio, basado principalmente en fuentes oficiales, arroja que en Entre Ríos el sector arrocero, con un nivel normal de producción, genera entre empleo directo e indirecto 1.255 puestos en la actividad primaria. En tanto, el sector industrial genera otros 3.872. Entre ambos totalizan 5.127 puestos mencionados.