Un década atrás en la empresa Hayes & Hayes Agropecuaria, que tiene planteos agrícolas en diferentes regiones de la provincia de Chaco, comenzaron a preguntarse si había manera de sacarle más jugo a la variabilidad de rendimientos que se observaba en algunos lotes.
Y así en la campaña 2016/17, con la ayuda de la firma Clarion –especializada en agricultura por ambiente–, arrancaron con el análisis de mapas de rendimiento de cosechas pasadas para detectar un área de 1200 hectáreas con elevado potencial de variabilidad, el cual fue complementado con un relevamiento edáfico-topográfico (Veris3100 y GPS RTK) y un muestreo de suelo dirigido (a razón de una muestra cada 10 hectáreas) para poder realizar prescripciones variables tanto de densidad de siembra de híbridos de maíz como de fertilización nitrogenada. Adicionalmente, se llevaron a cabo módulos de ensayos para explorar diferentes situaciones con ambas variables.
“Los primeros resultados mostraron en algunos sectores respuesta a densidad de siembra variable, pero no fue el caso de la fertilización nitrogenada”, explica Leandro Zilli, gerente de producción agrícola de la empresa integrante del CREA Guayacán, en un artículo publicado por Contenidos CREA.
Ese proceso coincidió con la conformación de un equipo de siete agrónomos, quienes tienen a su cargo módulos agrícolas con escalas que van de las 4000 a 7000 hectáreas.
En el año 2019 se registró una inundación significativa en gran parte de las regiones agrícolas chaqueñas, lo que hizo que las napas freáticas subieran de manera importante, razón por la cual se decidió sembrar una gran proporción de superficie con trigo con el propósito de aprovechar ese recurso.
“Luego de ese evento comenzamos a registrar respuestas favorables a fertilización nitrogenada en maíces de segunda, que en algunas situaciones rindieron tan bien como los de siembras tempranas; ese fue un gran aprendizaje que pudimos capitalizar gracias a la tecnología de la agricultura por ambiente”, resalta Leandro.
Posteriormente, con el ingreso de la fase ENSO “La Niña” –que se extendió nada menos durante tres campañas consecutivas– el efecto napa se esfumó y algunos sectores volvieron a mostrar un comportamiento homogéneo, mientras que otros siguieron respondiendo a la fertilización variable por condiciones químicas y/o texturales presentes en el suelo.
Esa experiencia, junto con al asesoramiento de expertos en la materia –como es el caso de Esteban Jobbágy–, contribuyó a tomar la decisión de implementar una red de freatrímetros destinada a medir de manera sistemática la evolución de la napa en los diferentes establecimientos.
A partir de 2020/21 los agrónomos responsables de los diferentes módulos agrícolas comenzaron a emplear la plataforma Auravant para realizar ambientaciones y prescripciones por cuenta propia, aunque un sector permaneció en manos de Clarion y una campaña después se sumó también Experta (la empresa de agricultura por ambiente de Aceitera General Deheza).
En el caso de Experta, además de una caracterización ambiental con Veris + Soil Optix, se llevó a cabo un muestreo de suelo intensivo en una profundidad de hasta 20 centímetros (a razón de una muestra cada 6,0 hectáreas) y una muestra estratificada en una profundidad de hasta 2,0 metros (cada 50 hectáreas).
Mientras que los sectores más estudiados quedan en manos de los responsables agrícolas de Hayes & Hayes Agropecuaria, asistidos por Auravant, aquellos más desafiantes son evaluados por las dos firmas especializadas, de manera tal de contar con una suerte de “control” y disponer de opiniones profesionales que contribuyan a enriquecer el debate interno respecto de las variables clave por poner el foco para mejorar la eficiencia productiva y optimizar los números del negocio.
“También resultan esenciales los intercambios con las empresas semilleras, porque detectamos híbridos de maíz que responden muy bien a la densidad variable, mientras que otros no”, indica Leandro.
“Antes de emplear la agricultura por ambiente, la densidad general en maíz rondaba en promedio las 55.000 a 57.000 semillas/ha, mientras que en la actualidad puede variar de 30.000 a 80.000 dependiendo de la aptitud del ambiente”, añade.
En la presente campaña 2023/24 la empresa va camino a sembrar unas 17.000 hectáreas de maíz, de las cuales 10.000 contarán con ambientaciones diseñadas para realizar prescripciones variables. La mayor parte del área corresponde a campo propio, salvo un establecimiento que es arrendado en el marco de un acuerdo especial con un plazo de cinco años.
En las ultimas campañas la contribución de la densidad variable en maíz permitió generar entre 5 a 50 u$s/ha adicionales respecto de siembras con una densidad promedio estándar ya sea por ahorro de semillas en ambientes de calidad inferior o bien por maximización de rendimientos en ambientes de calidad superior.
La empresa viene llevando a cabo importantes inversiones para realizar cultivos de servicios en la época invernal con el propósito de garantizar la sostenibilidad del sistema agrícola. “En la última campaña llegamos a sembrar trigos de cobertura, que fueron suprimidos en el mes de agosto ante las restricciones de humedad presentes por entonces”, apunta.
Otro de los desafíos que tiene entre manos el equipo de trabajo es la digitalización de los procesos con la meta de agilizar la toma y distribución de datos, lo que resulta indispensable para la gestión eficiente de la información en una escala productiva grande.
“La agricultura por ambiente, además de los impactos obvios en términos de eficiencias productivas y económicas, representa un gran incentivo para hacernos todo el tiempo preguntas que nos conduzcan a producir de una manera más sostenible”, resume Leandro.
Desafío interesante y necesario. Agricultura por ambientes contemplando el complejo Suelo/Planta e incorporando Bio Regeneración de Suelos. Para más datos: Carlos Abecasis
TE: 11 59088345