Los cuatreros ya no se frenan ni ante las instituciones más tradicionales del pueblo: el intendente, el cura, el gendarme y el presidente de la Rural. En los últimos días se supo que el presidente de la Sociedad Rural de Matará, en Santiago del Estero, fue víctima de un robo mayúsculo de ganado, valuado en más de un millón de dólares. El lugar del hecho ha sido el establecimiento ganadero de Fernando Moisés, conocido como El Carancho, ubicado cerca de Suncho Corral en la Ruta 89, donde funciona un feedlot.
Moisés venía sufriendo del robo hormiga de animales por un periodo cercano al año y medio, hasta que la semana pasada sorprendió a uno de sus propios empleados y a un carnicero en el momento en que le estaban sustrayendo 10 novillos de exportación de entre 500 y 600 kilos de peso.
Cuenta El Periódico del Sur Santiagueño, que en “la noche del jueves, Moisés anticipó otro intento de robo cuando descubrió que varios animales destinados a la exportación habían sido dejados fuera del corral debido a las inclemencias del tiempo. Determinado a detener a los delincuentes, Moisés vigiló su propiedad desde su oficina y observó una camioneta con un acoplado inusual para el transporte de ganado”.
El empresario no dudó en actuar y alertó a la policía, que llegó justo a tiempo para interceptar al carnicero mientras intentaba huir, mientras que el empleado traidor fue detenido en el campo. Durante el operativo se descubrió que el carnicero había pagado una suma considerable por los animales robados. El medio se cuida mucho de revelar el nombre de quien robaba la hacienda, por sus posibles vinculaciones con la policía local. En cambio sí menciona la identidad del trabajador que habría vendido el ganado.
“El día miércoles tenían que retirar varios animales, pero por las inclemencias del tiempo el camión que los tenía que retirar no pudo entrar. Ese día a la noche descubro que estos animales -un total de 10 novillos de 600 kilos aproximadamente que iban a ser exportados- se encontraban en el callejón y no los habían guardado en el corral. Con la certeza de que los ladrones se quedaron sin carne, el jueves llego al campo caminando para que nadie me vea. Alcanzo a ver que había animales en el corral y me voy a mi oficina esperando que los ladrones lleguen”, reveló el dirigente rural.
Cuando se acercó para ver quiénes eran, el empresario descubrió que se trataba de un empleado al que identificó como Fabián Camus, quien se encontraba en compañía de “un conocido carnicero”. Una vez más el anonimato para uno y el escrache para otro. “El carnicero les dijo a los policías que a él le habían vendido los animales y que había pagado cerca de 8 millones de pesos por ellos”, dijo Moisés a otro medio local, el diario El Liberal.
La fiscal Luján González Garay intervino en el caso y ordenó la detención de ambos delincuentes y el secuestro de la camioneta y otros elementos relevantes para la investigación. “Un giro sorprendente en el caso surgió cuando se reveló que el carnicero tenía vínculos familiares con una funcionaria policial”, dice enigmática una de las crónicas.