Así como un producto sin certificación tiene un menor valor relativo que otro con certificación, lo mismo sucede –podríamos decir– con las políticas públicas.
El gobierno de Joe Biden, en lugar de reconocer el problema de la inflación generada por la emisión súper masiva de dólares, salió a “cazar brujas” para posicionar en el espacio público a un grupo de empresas “malas” que trabajan para perjudicar a la población.
Tal como adelantó Bichos de Campo, el gobierno de Biden aseguró que “los aumentos en el precio de la carne que estamos viendo no son solo las consecuencias naturales de la oferta y la demanda en un mercado libre, sino que también son el resultado de decisiones corporativas para aprovechar su poder en un mercado no competitivo y eso en detrimento de los consumidores, los productores y nuestra economía”.
“La administración Biden ha estado trabajando en todos los niveles para abordar los problemas de la cadena de suministro que están afectando los precios. Muchos de estos problemas están relacionados con la pandemia, como cambios en los patrones de demanda, cuellos de botella o cierres”, señala un comunicado de la Casa Blanca que, ciertamente, olvida mencionar a la emisión monetaria masiva como uno de los principales factores que explican el proceso inflacionario.
Pero esa política, claramente kirchnerista, le faltaba algo: un sello de calidad que asegurara el origen inconfundible de la misma. Y esa novedad llegó finalmente hoy.
“Escuchala atentamente. No es argentina y mucho menos peronista. Es la vocera del gobierno de los EE.UU. explicando la razón del aumento de los precios, en especial de la carne, que también sufren los consumidores estadounidenses. ‘La codicia de los conglomerados cárnicos’. ¡Plop!”, escribió la vicepresidente argentina, Cristina Fernández de Kirchner, en referencia a una conferencia reciente brindada por Jen Psaki, vocera de la Casa Blanca.
Escuchala atentamente. No es argentina y mucho menos peronista. Es la vocera del Gobierno de los EE.UU. explicando la razón del aumento de los precios, en especial de la carne, que también sufren los consumidores estadounidenses. “La codicia de los conglomerados cárnicos”. ¡Plop! pic.twitter.com/g0WGVGaZhN
— Cristina Kirchner (@CFKArgentina) December 15, 2021
Ahora sí, con el aval oficial de uno de los máximos representantes del kirchnerismo, se puede decir sin titubeos que la política implementada en EE.UU. es completamente kirchnerista. Una auténtica metodología creada en la Argentina y ahora replicada en una de las naciones (por ahora) más importantes del mundo.