El polo aceitero ubicado sobre el Río Paraná fue concebido para moler la soja de origen argentino pero además la que podía bajar por la Hidrovía desde Bolivia, Paraguay o Brasil. La capacidad instalada por las distintas empresas exportadoras se estimó con ese criterio y así sucedió hasta abril de 2009, cuando en el contexto de la pelea con el campo el ex titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, decidió cerrar esa canilla y prohibió la importación temporaria de soja.
En efecto, la resolución 109/09 firmada por el ex funcionario kirchnerista había excluido a la soja del régimen de importación temporaria que permitía a cualquier industria traer una materia prima al país, industrializarla aquí y luego reexportarla con valor agregado y trabajo argentino. Es lo que hacía la industria aceitera: compraba soja de países vecinos, la molía aquí y la reexportaba como aceite o harina.
En aquel momento de chicanas y vendettas, Echegaray argumentó que la prohibición se adoptaba para “proteger los ingresos de los productores al privilegiar la utilización de materia prima nacional”. Puede recordar esos tristes días en este link.
En 2008, el año del conflicto, se habían importado desde Paraguay 2.900.000 toneladas de soja, más otras 29 mil toneladas de Uruguay y 33 mil desde Bolivia. Es decir casi 3 millones de toneladas. Aunque hubo luego algunas correcciones y revisiones de la normativa, ese volumen de importaciones temporarias jamás se recuperó.
Hasta ahora y ahí llega la noticia: según datos de INDEC y Aduana, al 20 de septiembre pasado las importaciones temporarias de soja alcanzaban a 1,4 Mt para para todo el año 2017. Es decir, el régimen viene remontando. Un informe de la Bolsa de Rosario destaca que el volumen de importaciones de soja actual “más que duplica lo importado a igual fecha del año 2016”.
A principios de ese año y de su gestión, el Gobierno de Mauricio Macri había acomodado las cosas para favorecer la reanudación del negocio de agregar valor a la soja de los países vecinos, eliminando las restricciones que había impuesto Echegaray años antes.
Incluso sucedió algo impensado: A los proveedores tradicionales de soja (Paraguay, Bolivia y Uruguay) se sumó este año Brasil, desde donde se han importado 136.000 toneladas de soja para su procesamiento en los puertos rosarinos.
Los ingresos actuales ya superan incluso los registros de aquel fatídico 2009, cuando se importaron solo 500 mil toneladas. Los dos años previos, 2007 y 2008, habían sido de operaciones excepcionales, porque habían llegado a importarse 2,2 y 2,9 millones de toneladas de soja, respectivamente. La sequía de aquel momento tuvo mucho que ver.