El decomiso de 262 medias reses valuadas en más de 150 millones de pesos por parte de la Dirección Nacional de Control Comercial Agropecuario (la ex ONCCA) está provocando un enorme revuelo. El caso involucra al frigorífico Matadero Dudignac SA, ubicado en la localidad homónima del partido de 9 de julio, que argumenta que las autoridades tomaron la decisión sin darle el debido derecho de defensa y que ahora lo colocan al borde del cierre, con el peligro de tener que despedir a unos 35 trabajadores.
Los hechos reconstruidos por Bichos de Campo en base a algunos documentos han sido más o menos así.
El 27 de marzo inspectores de la ex ONCCA fueron hasta la planta de faena ubicada en la localidad de Dudignac y, según surge de la resolución firmada por Matías Canosa, el titular de ese organismo, hallaron unos 131 animales sin la documentación respaldatoria correspondiente.
La resolución firmada por Canosa -fechada el jueves 3 de abril- habla de una tropa 44 cabezas sin identificar, al igual que una vaquillona y dos toros adicionales en la misma situación. Pero pide explicaciones por un total de 131 animales, que interdicta preventivamente.
En este resolución, Canosa le otorga un plazo de 20 días a la empresa para interponer los recursos necesarios, pero al mismo tiempo establece que la carne proveniente de esos animales será entregada “a un organismo oficial o entidad de beneficencia en pos de ser destinada a un uso socialmente útil”.
Con una carta fechada el sábado 5 de abril, la firma presenta un descargo en el que afirma que “como se vio en la constatación, la documentación respaldatoria estuvo y está, pero con errores al momento de la visita de los inspectores”, explicando que dichos errores “fueron producto de la inclemencia del tiempo, y la ausencia de personal idóneo”.
Uno de los abogados que representa en este caso al frigorífico Dudignac, que ofrece servicios a terceros y por lo tanto no es ni siquiera dueño de los animales interdictados desde la Secretaría de Agricultura, explicó a este medio los supuestos errores cometidos ese día: “Esto pasó porque estaba lloviendo y los animales se cambiaron de corrales, y ahí se mezcló todo, se mezclaron DTe (Documento de tránsito de animales), autorizaciones de faena, todo. Ahí es donde vino el problema. Y encima les faltó la gente que les administra eso. O sea que era un despiole. Pero después ofrecieron toda la documentación”.
“Esta gente (por los empresarios que sufrieron el decomiso) no trabaja en negro. Trabajan bien, pasa que no son prolijos. Son desordenados, pero no son delincuentes”, enfatizó.
Siguiendo con los hechos, el frigorífico presentó dos descargos iniciales que al parecer no conformaron las demandas de los inspectores. En el tercer descargo, el fin de semana pasado, se completó la información identificando todos los documentos correspondientes -según esta versión- a las tropas involucradas. Pero ese tercer documento no fue tenido en cuenta.
“Lo cierto es que, como se verá, la mercadería siempre estuvo respaldada. En ningún momento se quiso comercializar mercadería sin documentación, siendo prueba de ello que la mercadería interdictada se mantiene en las cámaras”, sostenía la empresa en esa tercera presentación del sábado, en la que presentó los documentos sobre 201 animales (más de los 131 en discusión) y exigía a la ONCCA la liberación de esa carne. Obviamente, para ese día, ya no se hablaba de animales sino de carne, porque la faena había tenido que ser realizada.
Lo cierto es que el martes 8 de abril, el personal del organismo de control regresó al frigorífico de 9 de Julio y labró una nueva acta para la interdicción y decomiso de las 262 medias reses resultantes del procesamiento de dichos vacunos. Según surgió de ese documento, los recibió el señor Guillermo Darío Nicora, presidente de esa firma, quien inicialmente se negó a entregarles las 262 medias reses depositadas en las cámaras 1 y 3, alegando que horas antes se había presentado un nuevo descargo desde la compañía, que buscaba aclarar la supuesta infracción anterior. Hasta ahí, las cámaras permanecían bajo precinto.
Ante esa negativa, la Secretaría de Agricultura solicitó auxilio de las fuerzas de seguridad. A las 14,30 del martes llegan efectivos de la Policía Federal con asiento en Junín, y entonces sí la empresa accede al decomiso. Un primer camión parte con 82 medias reses hacia el frigorífico Res Beef de Tandil. Luego salen otros vehículos hacia esa misma planta y posiblemente el frigorífico Frimsa.
“Imaginate el valor de ese decomiso para una planta como esta, el impacto que tiene. La planta es la segunda fuente laboral de esa ciudad y 35 personas están ahí temblando con la posibilidad de que no sigan trabajando, que cierren”, describió el panorama actual el letrado que representa a la firma, y que ahora busca confirmar si la carne efectivamente fue hacia los frigoríficos citados en el acta o fue desviada hacia otros lugares. Luego, por supuesto, preparará un posible juicio contra esa dependencia del Estado, por eventuales daños y perjuicios.
“Lo que se cuestiona es lo excesivo de la medida. Teniendo algunos animales sin respaldo documental, interdictar todo lo que está en los corrales me parece una barbaridad. Luego ignoraron un descargo donde se presentan todos los DTe que respaldan no solo esas 131 cabezas sino 201”, se quejó el letrado sobre el tenor de la sanción aplicada.
“El tema acá es que le hacen un agujero terrible a la planta, es una locura total”, insistió.
No parece creíble q funcionarios del organismo, arriesguen su trabajo, haciendo semejante zafarrancho, de puros guapos y sin tener plena seguridad sobre las contravenciones
Son gente entrenada, profesionales. Y, ya no responden a los K, ni a un Moreno.
Antes de difundir esta noticia en forma parcial, deberían al menos haberle preguntado of the record a Samid, q seguramente conoce lo sucedido y cual es la verdad de la milanesa
Los frigoríficos bonaerenses son en su gran mayoría , mañeros y tramposos.Todos chorros.
Al igual que todo lo que hay en kukalandia.
Si bien nadie se rasca para afuera y los empresarios en su inmensa mayoría se les cae un papel para evadir pero como hacer hantes con tantas normas e impuestos que no han cedido para nadie y si lo fuera al haberse sacado las áreas de control en beneficio del consumidor esto tampoco lo vemos en la carnicería. Es todo un tema, con este cuento de la libertad y la casta.