Del otro lado del charco, en el vecino país de Uruguay, el proyecto hidropónico Verde Agua, con 25 años de trayectoria, se ha convertido, para muchos, en un importante referente del sector. Esto se debe no solo a su escala productiva –que le ha valido ser proveedora de la cadena de hamburguesas de los arcos dorados- sino también a su impacto social, al trabajar mayoritariamente con mujeres campesinas.
“En la fruticultura, el trabajo femenino rural está postergado. No había una consecutividad en el trabajo, y en Uruguay es difícil encontrar una mujer que maneja un camión, un tractor o un elevador. Cuando comenzamos el proyecto hace 25 años, lo hicimos con esa consigna. Hoy el 66% de las personas que trabajan con nosotros son mujeres de todo rango de edad”, contó a Bichos de Campo Sebastián Andrés Figuerón, uno de los fundadores de Verde Agua.
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Con una estructura de 20 mil metros cuadrados, que pronto se ampliará en 5 mil metros más, este proyecto ya cuenta con cerca de 200 empleados, gran capacidad instalada y tecnología de automatización, que le permitió acelerar los procesos productivos.
“Usamos tecnología NGS, que es un sistema móvil belga, que nos permita maximizar lo que se viene haciendo hace años en la horticultura convencional. La tecnología aplicada mejora el cultivo, mejora las condiciones ambientales y mejora las condiciones de las personas”, indicó Figuerón, para quien el uso de estas herramientas no supone reemplazar al personal contratado.
“Todo lo que es tedio y todo lo que es poner a una persona a colocar plantines a mano, hoy lo hace una máquina. Y esa misma persona pasa a controlar la máquina, y efectivamente tiene una vida más digna”, añadió a continuación.
La producción actual se centra en la lechuga, de variedades como la salanova y la lalique, que se comercializan como materia prima y como producto ya procesado y listo para consumir.
Además de estar posicionados en supermercados hace más de 10 años, el proyecto logró convertirse en proveedor de la cadena McDonald’s, que posee más de 30 locales en Uruguay.
“El proyecto de McDonald’s es absolutamente innovador, es el único caso en el mundo. No consumen poco y que optaron por esta opción de hidroponía, por el tema sustentabilidad. El consumidor hoy le está poniendo valor. Antes agradecía la sustentabilidad y hoy la exige. Estas grandes compañías se están dando cuenta, se están transformando hacia esto, y quieren un abastecimiento sistemático y permanente que la hidroponía se los puede dar”, destacó Figuerón.
-¿Qué le recomendás a la comunidad hidropónica argentina que se está organizando y creciendo en un país complejo?– le preguntamos.
-Mi intención es transmitir un mensaje que se junten, porque hay un valor en el estar juntos. En los países desarrollados esto ya está funcionando, porque tiene sentido. Tiene un sentido medioambiental, tiene un sentido humano y tiene una finalidad productiva maximizada. Si se sigue sumando gente, empiezan a aparecer estos excéntricos que terminan convirtiendo a la actividad en algo realmente superior. Y también porque la población crece y porque las condiciones son mejores. Tenemos que colaborar con eso.