La creciente depreciación del peso argentino junto con las restricciones para comprar divisas promovieron el año pasado una aceleración de las compras de maquinaria agrícola y camionetas, parte de la cuales, en algunos casos, también resultaron impulsadas por el acceso a financiamiento en pesos con tasas de interés negativas (especialmente en el primer semestre de 2020).
Por ese motivo, los datos difundidos hoy por el Indec, relativas a las ventas de maquinaria agrícola en el mercado argentino, no sorprenden.
Para las fábricas de sembradoras no existe la crisis: Agrometal ganó 280 millones de pesos en 2020
En 2020 se vendieron 2511 sembradoras, una cifra 25% superior a la registrada en 2019, mientras que en el caso de las pulverizadoras las ventas hechas el año pasado fueron de 1227 (+52% que en 2019).
La venta de sembradoras, medida en unidades, es la más elevada desde 2011, año en el cual se vendieron 3692 equipos, mientras que el nivel de ventas de pulverizadoras es el más alto desde 2016, cuando se comercializaron 1240 unidades.
La mayor parte de las fábricas argentinas de sembradoras y pulverizadoras están trabajando a turno completo con pedidos que superan por lejos la capacidad de producción.
En tractores y cosechadoras los números no fueron tan significativos, pero no porque no hubiese demanda, sino por el hecho de que la disponibilidad de equipos importados o ensamblados localmente con piezas externas –que conforman el grueso de la oferta– se encuentra limitada por la intervención del mercado cambiario.
En mayo de 2020 las autoridades del Banco Central (BCRA) dispusieron intervenir el mercado de cambios para acceder a divisas destinadas a abonar importaciones, medida que, en principio, seguirá vigente hasta el próximo 30 de junio.
El año pasado se vendieron 843 cosechadoras versus 861 equipos en 2019, al tiempo que las ventas de tractores fueron de 6532 contra 6264 en 2019.
Hoy martes la firma cordobesa Metalfor, que ya es líder en el mercado local de pulverizadoras autopropulsadas, presentó su primera cosechadora fabricada en el país con el propósito de crecer en ese segmento colonizado por filiales de corporaciones globales.
De la mano de la cordobesa Metalfor, renace el sueño de tener una industria nacional de cosechadoras