Una marcada toma de ganancias instrumentada por los administradores de fondos agrícolas que operan en el mercado estadounidense CME Group promovió hoy bajas en las cotizaciones del maíz y la soja.
Con el cierre de año algunos fondos de cobertura agrícolas (“hedge funds”) quieren asegurar utilidades y liquidan posiciones compradas de soja y maíz a pesar de los factores estructurales alcistas presentes en ambos mercados.
La liquidación de posiciones coincidió con una ola de compra de materias primas por parte de grandes fondos corporativos, lo que explica el alza registrada por el petróleo, que contribuyó a sostener los valores del aceite de soja (insumo base del biodiésel en EE.UU).
La última información oficial disponible, correspondiente al pasado 30 de noviembre, mostraba ya que los operadores especulativos venían liquidando en el CME posiciones en soja y especialmente de maíz para asegurar utilidades.
Si bien los fundamentos de mercado tanto del maíz como de la soja son favorables, no puede descartarse que una crisis financiera sistémica de alcance global termine afectando a todos los activos. La abrupta caída que viene registrando el Bitcoin en el último mes es una señal de alerta al respecto.
Tal como sucedió en la primera década del presente siglo en EE.UU., en China buena parte de la prosperidad económica se sostiene en base a grandes desarrollos inmobiliarios muy “apalancados” financieramente.
Por lo tanto, el colapso de grandes corporaciones inmobiliarias –como es el caso de Evergrande– golpearía también al sector bancario y financiero, lo que podría derivar en una crisis con potencial para perjudicar a muchos segmentos de la economía china y, por extensión, del mundo entero.
En tanto, la aceleración de la inflación en EE.UU., es decir, la depreciación del dólar estadounidense ante la súper emisión de la divisa de referencia global realizada desde 2020, es una preocupación contante entre las autoridades monetarias de esa nación, que mantienen la tasa de interés de referencia (Fed Funs Rate) en un nivel prácticamente nulo, lo que agrava aún más el problema. En ese marco, la tasa podría comenzar a elevarse en algún momento de 2022 con el propósito de contener la inflación a costa de un enfriamiento de la economía.