Las zoonosis son aquellas enfermedades que pueden transmitirse entre los animales y las personas. Según los principales organismos internacionales vinculados a la salud humana y animal, siguen teniendo un gran impacto, ya que “alrededor de 60.000 personas mueren como consecuencia de la rabia y otras enfermedades zoonóticas, como la influenza aviar, el ébola o la fiebre del Valle del Rift.
Con el fin de hacer frente a este problema universal, y para apoyar a los países en el control de estas enfermedades, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) unieron sus fuerzas. Para comenzar un largo trabajo lanzaron una guía titulada “Adoptar el enfoque multisectorial – Una sola salud”. Se trata de una suerte de guía de la alianza tripartita para que los países aborden las enfermedades zoonóticas.
“Estas enfermedades no solo afectan la salud humana, sino también la sanidad y el bienestar animal, disminuyendo la productividad (calidad e inocuidad de la leche o los huevos, etcétera), causando muertes y, por lo tanto, afectando los medios de subsistencia de los pequeños productores y las economías de los países”, explicaron los organismos.
Según esta visión compartida, “las enfermedades no conocen fronteras”, y con la expansión mundial del comercio y de los viajes, las enfermedades zoonóticas plantean progresivamente más problemáticas a escala mundial. “Cada día, surgen nuevos retos sanitarios en la interfaz hombre-animal-ecosistema. Para enfrentar dichas amenazas, se requiere mayor colaboración, coordinación, comunicación y acciones concertadas entre los distintos sectores, recurriendo al enfoque multisectorial”, se razonó.
Esta guía, denominado en los sucesivo Guía Tripartita para las Zoonosis (GTZ), presenta principios, buenas prácticas y opciones destinadas a ayudar a los países a establecer una colaboración sustentable y funcional en el marco de la interfaz hombre-animal-ecosistema.
La OMS, la OIE y la FAO consideraron que “trabajando colaborativamente entre todos los sectores y disciplinas, las vidas humanas y animales pueden salvarse, los medios de subsistencia pueden asegurarse y los sistemas sanitarios mundiales pueden mejorarse de manera sustentable”.