Mohan Kohli es un agrónomo de origen indio que se enamoró de Sudamérica gracias a su trabajo como investigador del afamado Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) que tienen su sede en México. Con los años se embarcó en una misión que parecía casi imposible: producir trigo de modo competitivo en Paraguay, un país de climas subtropicales que siempre fue deficitario e importaba grandes cantidades de harina de la Argentina.
Luego de un largo proceso probando nuevas variedades, Kohli recuerda que fue a base de mucho trabajo y a punta de mejoramiento genético que en apenas 20 años Paraguay pasó de ser de un importador de trigo a exportar actualmente unas 700 mil toneladas del cereal, casi el 50% de su producción que alcanzó las 1,4 millones de toneladas la última campaña. Los rendimientos por hectárea ya son similares a países de clima templado donde el trigo funciona mejor, como Uruguay, Chile y Argentina. Por esos lados también pasó este investigador dejando sus aportes para mejorar la producción del cereal.
“Fue una decisión política del país que dijeron vamos a tener que cultivar trigo. Principalmente porque no tenían dinero para seguir comprando. Gastaban unos 20 millones de dólares promedio. Pero había años que gastaban hasta 50 millones de dólares que el país que no tenía para dar pan al pueblo. Era mucha plata. Así fue que decidieron apostar a hacer trigo y lo lograron”, contó el mejorador que trabajó en Paraguay en su diálogo con Bichos de Campo.
“Comenzamos a trabajar con Paraguay en la década del 80 y fue muy diferente a trabajar en Chile, donde tú puedes extraer trigo de cualquier parte del mundo y se adapta. En Argentina es la misma cosa, puedes traer el trigo de Francia y lo puedes sembrar en Necochea y anda, no es un problema. Pero para Paraguay eso es un problema porque ni lo que nosotros llamamos trigos de ciclos cortos en Argentina se pueden adaptar acá. Nosotros tenemos que tener un ciclo de 115 a 120 días como máximo“, precisó el agrónomo.
En su larga carrera, Mohan recibió el Premio Internacional por Servicios a la Agronomía, fue migo del doctor Norman Borlaug y ex investigador del CIMMYT. Nació en Peshawar, India, y creció en el seno de una familia dedicada a la venta de productos agrícolas. Obtuvo el título de doctorado en Fitogenética en el Instituto de Investigación Agrícola de la India, y después, en 1970, emigró al continente americano.
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En estas condiciones el desafío para Kohli y los agrónomos paraguayos estuvo en encontrar una variedad de trigo, de un ciclo extremadamente corto, que no se malograra por las altas temperaturas. “Si tú siembras trigo en mes de mayo, en agosto ya alcanzó los 120 días y en septiembre aumenta la temperatura. Así que si sembrás un trigo de ciclo largo, tu grano se va a chupar al exponerse a los 40/45 grados de calor que alcanza la temperatura acá, no te va a quedar nada, te va a quedar paja. Además la producción de paja increíblemente te baja hasta 1100/1200 kilos los rendimientos”, explicó Kohli.
En la búsqueda, donde se aplicó mucha tecnología y un trabajo de mejoramiento intenso, los especialistas llegaron a concretar una variedad adaptada a las urgencias del Paraguay y apta para cosechar a los 115 días.
“Trajimos trigo de todos lados y después cruzamos localmente en la segunda o tercera generación. porque para lograr este trigo de ciclo corto tienes que ir al campo y tratar de buscar las plantas que sean más precoces. Eso ya lo habíamos hecho en Pergamino durante los años en 70 y 80 cuando estuve trabajando ahí, así que hicimos esto. Pero sí hubo mucho mejoramiento.
Sobre la preferencia de los productores locales y de la región por este trigo de ciclo muy corto, Mohan Kohli dijo: “Te puedo asegurar que el 90% del productor va a tomar la variedad de 115 días, pensando sembrar soja antes. Porque ellos piensan el trigo en función de la soja y el maíz. Entonces si el trigo te lleva la cosecha hasta el mes de octubre, el productor pierde dinero en soja y no es eso lo que quiere. Por tanto si yo como mejorador puedo tener variedades de ciclo más corto, de 115 días, pero tengo una variedad de 125 días y otra de 135 días, optaré por la de ciclo más corto”.
Si bien en Paraguay han logrado triplicar la producción triguera y aumentar la superficie de siembra, el mejorador afirma que el volumen productivo argentino sigue siendo superior. Sin embargo es de los que piensa que las variedades probadas en Paraguay funcionarían en las zonas con déficit hídrico, principalmente al norte argentino.
“Yo creo que Argentina todavía sigue siendo mayor productor de trigo que Paraguay. La Argentina, por ejemplo, en el norte -dejando de lado la parte de Córdoba que tiene riego- en la parte de secano, es decir todo lo que es Marcos Juárez y otras localidades de esta región que es seca pueden tener un rendimiento de más o menos de 3500 a 4000 kilos con variedades de ciclo corto. Con variedades de ciclos un poco más largos, tipo francés, pueden tener entre 5000 a 6000 kilos. Pero cuando te vas a Balcarce, a Necochea podés tener rendimientos de 8000 kilos fácilmente. Nosotros no llegamos a eso”, reconoció Kohli
No obstante remarcó. “Lo que sí puedo decir que hicimos una prueba en Balcarce, donde comparamos cinco variedades de ciclo corto de Paraguay y cinco variedades de Argentina de ciclo corto y el rendimiento fue parejo. Los dos tienen más de 7000 kilos”.
-¿Entonces confirma que podrían ser factibles estas variedades de ciclos tan cortos en Argentina?
-Yo creo que sí. Por ejemplo en el norte, en el NOA y el NEA creo que necesitan el ciclo corto y va a ser más o menos la misma cosa que acá. Nosotros pudimos lograrlo y estamos dispuestos a apoyarlos tanto con tecnología como con variedades para que hagan trigo en Formosa, que hagan trigo en Corrientes, que haga trigo en el Chaco.
Aun cuando la realidad del Paraguay en materia de producción de trigo, tiene el final de un cuentos de hadas, porque de gastar entre 20 y 50 millones de dólares importando trigo, pasó a exportar este cultivo e ingresar anualmente unos 100 millones de dólares, Kohli, reconoce que siguen siendo los factores climáticos el obstáculo casi infranqueable para los mejoradores de trigo a escala mundial.
“El mayor desafío hoy día para nosotros es la resistencia a heladas. No tenemos la respuesta nosotros, no la tienen los chinos, no la tienen los australianos, ni la tienen los americanos. Cuando la helada te cae en la parte reproductiva, te congela la flor y después no se forma el grano”, precisó.
-Existe un poco de temor cuando se habla de transgénicos dentro de la cadena triguera ¿Qué opina usted como mejorador de estas variedades en el cultivo?
–No pasa nada, porque el transgénico es un gen que se cambia. Además que te da la resistencia a la sequía, ¿por qué no aprobarla? Alguien me hizo la propuesta de llevar la semilla transgénica al Chaco ¿y por qué no? Llevémoslo también a Formosa. Entonces sí ustedes están produciendo HB4 y funciona, el día de mañana el Chaco Paraguayo y Chaco Argentino pueden tener su núcleo triguero, no es difícil.
-¿Se siente medio paraguayo? O sea, ¿se siente parte de la historia de este país?
-Yo soy latino. Si estoy en Chile estoy contento, lo mismo si estoy en Argentina o Brasil. Estuve 12 años en Uruguay, ocho años en Chile, ocho años acá y en Argentina pasaba casi tres veces al año.