Esta semana se reunieron en la ciudad de Buenos Aires representantes de la industria semillera para evaluar el primero de los videos de una campaña de comunicación orientada a consolidar la realización de “refugios” para conservar la tecnología Bt.
El propósito del “refugio”, integrado por plantas no-Bt (modificado genéticamente), es precisamente generar insectos adultos susceptibles que se puedan cruzar con los resistentes eventualmente presentes en el lote de maíz Bt, de manera tal que no se produzca el “quiebre” de la tecnología.
Si bien se trata de una práctica agronómica que puede llegar a generar algunas dificultades operativas, la alternativa de no hacerlo contribuye a que las plagas se hagan resistentes a las proteínas Bt, lo que representa regresar a los problemáticos manejos realizados veinticinco años atrás y, muy probablemente, a tornar inviable en muchas zonas la producción de maíz tardío.
El primer video de la campaña, precisamente, trata sobre el “quiebre” de resistencia ocurrido en San Luis más de una década atrás, el cual, en retrospectiva, puede ser considerado como una “fuga radioactiva” de un posible “Chernóbil” si no se trabaja de manera responsable.
Bichos de Campo participó de la reunión, en la cual representantes de compañías semilleras recordaron el drama ocurrido en la campaña 2012/13 , en la cual la devastación generada por un ataque de Diatraea provocó primero sorpresa y luego furia contra las compañías; incluso se llegó a reclamar que se hicieran cargo del 100% del daño.
Sin embargo, cuando se inició una investigación en la materia se constató que en las 11.000 hectáreas afectadas no había ni una sola de “refugio”. Por entonces hubo una presión impresionante de Diatraea y, al no tener “refugios”, en una zona con riego y casi libre de heladas, se registró un ambiente óptimo para el desarrollo de esa plaga.
Así la Asociación de Semilleros Argentinos (ASA) coordinó acciones con técnicos del Senasa y el Inase con el propósito de instrumentar un plan de mitigación en la zona, en la cual se acompañó durante dos años a los productores con capacitación, aplicación de insecticidas y monitoreos. El primer año fue complejo, pero al segundo los rendimientos de maíz se estabilizaron y desde entonces la producción agrícola siguió desarrollándose sin inconvenientes de orden biológico.
El resultado de esa experiencia dramática hizo que el nivel de cumplimiento en lo que respecta a la confección de “refugios” pasara de cero a más del 80%, lo que muestra que, para la naturaleza humana, a veces es necesario llegar a una situación límite para tomar conciencia y asumir acciones acordes a las responsabilidades asumidas.
Adicionalmente, Inase, a pedido de ASA, emitió una resolución por medio de la cual se prohibió la producción de semilla en esa zona –la cual está aún vigente– para evitar la eventual propagación de Diatraea resistente en otras zonas.
Ese caso testigo hizo comprender que se requería una comunicación más efectiva, la cual comenzó a instrumentarse en el marco del Programa de Manejo de Resistencia de Insectos (MRI).
En el video en cuestión, que se publicará próximamente, se indica que el 10% del lote que debe sembrarse con “refugio” debe ser entendido no sólo como una herramienta para conservar la tecnología Bt, sino también para evidenciar cómo sería la producción de maíz si ya no se contase con esa herramienta; es decir, algo muy semejante al infierno mismo.
En el agro hay un “refugio” que es más importante que la soja y el dólar ¿Cuál es?