La adopción sistemática de estrategias de fertilización intensivas permitirían maximizar beneficios económicos con bajo riesgo respecto de la aplicación tradicional de dosis de nutrientes. Tal es la conclusión a la que arribó un estudio de largo plazo emprendido por la región CREA Oeste.
El trabajo, presentado en el Simposio Fertilizar 2023 por Diego Rotili, coordinador técnico agrícola de la región CREA Oeste, realizó siete experimentos entre 2014 y 2020 en la sección noroeste de la Cuenca del Salado en la Pampa Interior.
Los experimentos, llevados cabo en campos de productores pertenecientes a la red CREA, se implementaron en establecimientos con agricultura continua en siembra directa durante al menos quince años. Aunque todos los suelos eran Hapludoles o Haplustoles con alto contenido de arena, los sitios contaron con características físicas y químicas diferenciales. En todos los sitios la profundidad del nivel freático siempre estuvo dentro del rango de valores adonde se minimiza el estrés hídrico y se maximiza el potencial de rendimiento limitado por agua para soja, trigo y maíz.
Se estableció una rotación de cultivos típica a nivel regional consistente en soja-trigo/soja de segunda-maíz durante dos ciclos (tres años por ciclo) desde la campaña 2014/15 hasta la 2019/20. Y se diseñaron cuatro tratamientos diferentes que comprendieron desde las dosis estándar usadas en la zona hasta un modelo “fórmula uno” que aplicó nitrógeno, fósforo y azufre con un criterio de plena suficiencia no solamente para el cultivo en cuestión, sino para la rotación agrícola de manera integral. Además, obviamente, se dejó una franja “testigo” sin fertilizar.
En todos los sitios todas las estrategias de fertilización tuvieron beneficios positivos versus el testigo de “control” no fertilizado. El beneficio económico aumentó a medida que se intensificó la fertilización. El trabajo evidenció que aumentar los niveles de fertilización incrementó significativamente el beneficio económico, rindiendo hasta 360 dólares ha-1 año-1 adicionales para el tratamiento “fórmula uno” respecto del “control” sin fertilizar y 187 dólares ha-1 año-1 versus el tratamiento estándar.
A pesar de que el beneficio adicional fue sensible a los precios relativos de los cereales y los fertilizantes, casi ninguna combinación de precios resultó en una respuesta negativa a la fertilización. Con precios de granos versus fertilizantes relativamente favorables e incluso con altos precios tanto de granos como de fertilizantes, el beneficio económico aumentó con niveles de fertilización más intensivos.
Se estimó que una adopción masiva del tratamiento “fórmula uno” por parte de los empresarios agrícolas de la zona representaría un aumento general del rendimiento del 19% con un beneficio adicional que oscilaría entre 356 y 641 millones de dólares anuales en comparación con los esquemas de fertilización típicos implementados (considerando que entre el 50% y el 90% de los 3,8 millones de hectáreas actuales de tierras de cultivo en el área de la Cuenca “A” del Salado están bajo la influencia de la napa freática).
Por otra parte, un análisis de sensibilidad realizado mostró que es muy poco el riesgo económico derivado de la adopción de estrategias de fertilización más intensivas en sistemas de cultivo con la influencia de la napa freática.
Es importante resaltar que todos los sitios estudiados tuvieron la influencia de la napa freática, lo que permitió reducir las limitaciones de agua y aumentar el rendimiento potencial con condiciones de precipitaciones inferiores a las normales, por lo que es necesario establecer recaudos al momento de intentar extrapolar las conclusiones del trabajo a otras zonas productivas. El trabajo, publicado en las Actas del 16 Congreso Fertilidad de Fertilizar AC, se encuentra disponible en Contenidoscrea.org.ar