El ministro Luis Caputo decidirá personalmente quién será el próximo presidente del Instituto Nacional de Tecnología (INTA) en reemplazo de Juan Cruz Molina Hafford, que renunció al cargo en desacuerdo con el fortísimo recorte de 1.500 empleados que quiere llevar a cabo el Palacio de Hacienda sobre dicho organismo tecnológico. Con esta designación, que se conocería el viernes, Economía terminará de colonizar todos los espacios de importancia en la Secretaría de Agricultura.
La política agropecuaria del gobierno libertario se ha llenado de caputitos. Y algo parecido sucede con las entidades privadas que conforman la vasta cadena agroalimentaria. Sus dirigentes han sido testigos silenciosos y no opusieron ningún reparo o queja frente a esta formidable y acelerada reingeniería estatal, que supone la sumisión de las políticas productivas casi por completo al área económica del gobierno (siempre más preocupado por los números del propio Estado nacional y el bienestar de los sectores financieros, que por la salud de los productores rurales).
Por las particularidades de su organización y estructura, el INTA era el último organismo de importancia en la órbita de Agricultura que quedaba a salvo del exponencial crecimiento de los dominios del Palacio de Hacienda en la era de Javier Milei. Pero tal era la presión de Economía a llevar adelante un fuerte ajuste del gasto en ese sector que Molina Hafford cedió y ahora Caputo podrá poner allí a otro de sus alfiles, completando su dominio sobre todo el tablero. Por lo que puso saber Bichos de Campo, la vicepresidenta del organismo, la productora María Beatriz Pilu Giraudo, permanecería en su cargo. Pero al nuevo presidente lo decidirán entre Caputo y su alter ego para asuntos de Producción, su socio y amigo en la vida real Juan Pazo.
Con este avance sobre el casillero más difícil del ex Ministerio de Agricultura, ahora devenida a Secretaría de tercera categoría (pues depende de Pazo, que depende a su vez de Caputo), lo que se asegura el hombre fuerte de la economía en tiempos de Milei es una menor resistencia al proceso de ajuste dentro del INTA.
“Desde Economía pidieron 1.500 bajas de personal y además están metiendo presión con las cooperadoras y las tierras”, fue el mensaje que brotó desde la sede central del Instituto. En su gestión, Molina Hafford (que provenía de la regional Córdoba y fue ascendido en diciembre de 2023 por el ex secretario de Bioeconomía, Fernando Vilella) logró achicar solo una tercera parte de la cifra pretendida de despidos, concretando unas 250 jubilaciones y con otras tantas personas que adhirieron a un plan de retiro voluntario que acaba de ser extendido.
Lo de “las cooperadoras y tierras” es igualmente inquietante, porque da cuenta del interés de los funcionarios libertarios de comenzar a derivar hacia Economía los ingresos que se originan de la explotación tercerizada de campos en poder del INTA, así como de la venta de propiedades, como el edificio histórico de Cerviño al 3100, en pleno Barrio Norte.
Más allá de los que suceda en el INTA, donde hoy trabajan 6.700 personas, la mayoría en relación de dependencia formal con el Estado, la designación de un hombre de Caputo y Pazo en ese sitio terminará de completar un panorama de absoluta sumisión política de Agricultura hacia Economía.
Todo este proceso ha sido celosamente detallado por Bichos de Campo, donde pensamos que luego -cuando se necesiten políticas productivas en serio, para duplicar la producción y las exportaciones-, será muy difícil el proceso de reconstrucción de las políticas públicas, que ahora están claramente orientadas solamente a un ajuste del gasto.
- En febrero de 2024 se produjo la primer intervención de hombres de Caputo en la vieja cartera agropecuaria que por entonces comandaba el ex decano Vilella. Se le quitan a éste las facultades de designar personal en ese área y también el manejo de los recursos financieros, que pasan directamente a depender de la Secretaría Legal y Técnica de Economía.
- En marzo de 2024 Caputo entroniza a su amigo Pazo como “secretario coordinador”, poniéndolo un escalón por encima del resto de los secretarios que conformaban el gabinete económico.
- En abril de 2024 son despedidos por Caputo y Pazo los principales colaboradores de Vilella, los productores Pedro Vigneau y Germán Di Bella. Economía designa directamente al nuevo subsecretario de Agricultura, que resulta ser concuñado político de Pazo. Se trata del actual secretario Sergio Iraeta, quien comparte otro rasgo con su pariente político: ambos son productores agropecuarios de escritorio, con oficinas en Buenos Aires.
- En julio de 2024 finalmente se sincera el vacío de poder que había sufrido Vilella y la rama “bioeconómica” que ingenuamente había ingresado a La Libertad Avanza. El secretario renuncia e Iraeta asume todo el control en dicho organismo.
- Caputo pasa a controlar así también las principales subsecretarías del área agropecuaria: sin ningún tipo de antecedente en cargos del estilo, la macrista libertaria Inés Liendo pasa a ser designada al mando de Economías Regionales y Pequeños Productores; y Manuel Chiappe, que provenía de la Fundación Barbechando, pasa a ser subsecretario de Producción Agropecuaria y Forestal. Solo quedan de la vieja gestión el subsecretario de Pesca, Juan Antonio López Cazorla, quien había llegado como fruto de un acuerdo con las provincias pesqueras que se sostiene. Y el subsecretario de Mercados Agroalimentarios, Agustín Tejera, quien había llegado de la influyente Bolsa de Cereales de Buenos Aires y mantenía buena sintonía con todo el sector agroexportador.
- Pero faltaban los organismos descentralizados. En agosto de 2024, en el estratégico Servicio de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) Caputo promovió la renuncia del vicepresidente, un veterinario llamado Sergio Robert, aunque dejó en la presidencia al agrónomo de carrera Pablo Cortese. Pero en la movida, el minstro logró colocar a otra de sus colaboradoras, María Eugenia Barbieri, en un puesto clave, que le permite controlar todo lo que sucede en ese organismo descentralizado: la gerencia administrativa y de personal.
- El INTA siguió siendo un hueso duro de roer. Pero la renuncia de Molina Hafford ahora habilita a que Economía designe directamente a un sucesor, que de todos modos deberá lidiar con los “inteanos” (como se denomina a los cuadros de conducción del propio organismo) y las entidades de la producción integradas al Consejo Directivo.
- Otros organismos descentralizados menores no suponen ninguna amenaza a la estrategia colonialista del Palacio de Hacienda. Al INYM (Instituto Nacional de la Yerba Mate), el secretario Juan Pazo lo dejó expresamente sin presidente hace varios meses, luego de desacalificar al que había nominado el renunciado Vilella. En el INV (Instituto Nacional de Vitivinicultura), la actual conducción ejercida por Carlos Tizio Mayer es bien vista por el sector bodeguero y lo mismo sucede con el sector semillero en el Instituto Nacional de Semillas (Inase), donde se mantiene un hombre proveniente del sector, Claudio Dunan.
Tengo cinco campos en dos provincias y vendí agroquimicos y semillas durante 20 años y nunca me contactó una persona del nota.
Vos pretendes que la montaña se traslade a Mahoma.