En la Universidad de San Pablo, en Tucumán, funciona desde 2015 un Centro de Biotecnología Aplicada. Su principal actividad es la multiplicación en laboratorio de plantas de caña de azúcar, que luego se adaptan al medio en un vivero y se liberan a campo, para la producción de semilla. El plan permite realizar un “rejuvenecimiento” paulatino sobre gran parte de las 270 mil hectáreas de caña que existen en la provincia.
Federico Pérez Zamora, el coordinador de ese centro, también ligado al grupo azucarero Los Balcanes, explicó a Bichos de Campo que “desde acá entregamos la caña a las empresas productoras que quieran sembrar con esta tecnología”.
Mirá la entrevista con Pérez Zamora:
El especialista explicó que lo usual hasta ahora era que “los productores usaran la semilla de la caña que tenían en el mismo surco. Pero esa caña a través de los años va perdiendo vigor, produce menos, lo que pasa es que el productor no lo va notando. En la caña de azúcar la propagación es clonal, no con una semilla como en el caso de la soja. Y ese clon va perdiendo vigor. Cuando uno reconstituye el clon a partir de un grupo de células jóvenes, la planta se vuelve a revigorizar”.
Pérez Zamora agregó que esta técnica de “rejuvenecimiento” no es exclusiva de la caña de azúcar. “Se utiliza en muchos cultivos, sobre todo en países tropicales en la parte frutales y forestal, donde por ejempo se utiliza para rejuvenecer eucaliptus”.
“En Tucumán provoca un impacto muy importante, porque tenemos en caña de azúcar una serie de enfermedades que se van contagiando, que el productor no va viendo, y que cuando uno hace este proceso uno las limpia o sanea”, añadió el especialista. Citó el caso del raquitismo en la caña, una enfermedad que tapona los conductos de la caña y detiene su crecimiento, porque impide la circulación de los nutrientes.
El biotecnólogo además reveló que “nuestro instituto está trabajando con transgénesis y calculamos que dentro de poco podemos dar novedades”. La Argentina ya aprobó una caña transgénica resistente al glifosato, pero por discusiones internas del propio sector (que teme que la difusión de cultivos modificados tenga un impacto negativo en el comercio del azúcar) dio marcha atrás con la liberación.
Pérez Zamora indicó que en Tucumán lo que más se necesita es una caña con resistencia al stress hídrico, ya que la única chance que tiene la provincia es extender su superficie cañera hacia el este, donde caen de modo acelerado los registros de precipitaciones.
“Se están dando los procesos, que son largos. Pero Brasil ya liberó la primera variedad que tiene incorporado el gen Bt y está trabajando en la resistencia al glifosato. Ya enfiló hacia ese camino”, recordó el experto, que no duda que la Argentina tendrá que seguir los pasos de su vecino, a la sazón principal productor de caña de azúcar de todo el mundo.