Con una fase Niña ya confirmada para el período crítico de los cultivos de siembras tempranas de soja y maíz en el Cono Sur, ahora queda por anticipar cómo podría evolucionar el fenómeno ENSO en lo sucesivo.
Este lunes Climate Prediction Center e International Research Institute for Climate and Society (CPC/IRI) señaló que la probabilidad de continuidad de una fase Niña para el trimestre comprendido entre diciembre de 2022 y febrero de 2023 es del 61% versus un 56% proyectada un mes atrás.
El pronóstico –elaborado en función del promedio de estimaciones realizadas por los principales centros climáticos del mundo– indica que para enero a marzo de 2023 la probabilidad de una Niña se reduce a un 46%, lo que implica que, para ese período, se estaría ya consolidando una fase “Neutra” que permanecería hasta mediados de año.
El fenómeno Niño-Oscilación del Sur (ENSO por sus siglas en inglés), que comprende la oscilación de parámetros meteorológicos del Océano Pacífico ecuatorial, es una variable clave que suele provocar lluvias inferiores a las normales en buena parte de las regiones agrícolas sudamericanas.
Eso implica que, tal como ocurrió en las últimas dos campañas, tanto el maíz temprano como la soja de primera tienen altas probabilidades de experimentar restricciones hídricas que no permitan que los cultivos puedan expresar su potencial productivo.
Por ese motivo, en lo que respecta al maíz, buena parte de los diseños agronómicos se están planificando con siembras tardías con el propósito de evitar eventuales restricciones hídricas durante el mes de enero para esperar una regularización de las precipitaciones a partir del mes de febrero.
La persistencia de la “Niña” ya le está pasando “factura” a muchos lotes de trigo presentes en la Argentina, los cuales no cuentan con reservas de humedad suficientes para poder desarrollarse normalmente.
cerra y vamos