Los informas de FADA (Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina) se han convertido en los últimos años en un material de consulta imprescindible para dimensionar con mayor exactitud de qué se quejan los productores agropecuarios cuando se quejan de la presión fiscal sobre su actividad. Pero también estos cálculos han permitido entender una segunda situación en esta Argentina convulsionada: no solo los productores son víctimas de la voracidad del Estado sino que también los sectores más humildes padecen con los altos impuestos.
En esta ocasión, la fundación creada por productores de Río Cuarto publicó su informa semestral sobre la composición del precio de tres alimentos básicos, la leche, el pan y la carne vacuna. A partir de esa disección de los precios finales de cada producto, pudo determinar cuánto es lo que pesan los impuestos en el valor final pagado por los consumidores de cualquier extracción económica y social.
Las comparaciones parecen risueñas, pero no lo son:
“Cada ocho bollitos de pan, nos comemos dos de impuestos. Nos tomamos un vaso de impuestos por cada sachet de leche. Por cada kilo de carne, nos comemos un cuarto de impuestos”. Así presenta FADA un resultado espinoso de sus estudios. Se trata de que la presión fiscal excede a los productores y el remanido asunto de las retenciones a la exportación. Afecta mediante otros impuestos a todos y cada uno de los consumidores, pues eleva los precios de los alimentos básicos achicando los niveles de consumo en las capas más bajas de la sociedad y provocando además una corrida de los operadores hacia circuitos informales.
“Si voy a la panadería y compro ocho bollitos de pan, resulta que cuando los voy a comer hay dos bollitos que son impuestos. Si lo aplicamos en la leche, me tomo un vaso de impuestos por cada sachet. En la carne es la misma proporción, por cada kilo que compramos, nos comemos 250 gramos en impuestos”, explica Natalia Ariño, economista FADA.
Es decir, resumiendo, que una cuarta parte de tres productos tradicionales de la canasta familiar, son impuestos.
En el caso de la leche, el tambo y los impuestos representan 27% del precio final del producto cada uno, la industria el 28% y el comercio el 18% del precio que pagamos en la góndola. “Expresado de otro modo, si lo analizamos a nivel cadena productiva, el 63% son costos de producción, 10% es el resultado y un 27% son impuestos”, agrega Pisani Claro.
El informe muestra que 1 de cada 4 pesos que pagamos por nuestros alimentos son impuestos. En promedio, entre los tres productos, los impuestos nacionales representan el 80%, impuestos provinciales 16% y municipales 4%. En este sentido, nadie en la administración gubernamental se ha mostrado demasiado solidario con los consumidores y son más las subas que las bajas de estos componentes impositivos.
Del campo a nuestra mesa el precio del trigo se multiplica por 10. Del total que paga el consumidor por kilo de pan francés, el trigo representa el 10%, el molino el 4%, la panadería el 59% y los impuestos el 27%. También es posible observar cómo está compuesto ese importe, en el estudio se detalla que el 48% son costos, el 27% impuestos y el 25% ganancias.
Finalmente, del precio del kilo de carne, la cría representa el 26%, el feedlot 31%, frigorífico 4%, carnicería el 15% y los impuestos el 24%. Otra forma de expresarlo indica que impuestos representan el 24% del precio, el 60% son costos de la cadena y 16% ganancias.
El informe Composición del precio de la carne, la leche y el pan se elabora semestralmente con el objetivo de contribuir a la transparencia e informar a los consumidores sobre por qué los alimentos valen lo que valen, qué es lo que están pagando. A su vez, permite identificar los distintos eslabones con sus respectivos costos, impuestos y resultados, es útil a la hora de detectar dónde pueden estar los principales problemas o los potenciales de la cadena para poder crecer.
Disculpe Bichos de Campo … Ustedes creen que por cómo han evolucionado las sociedades es posible cobrar menos impuestos??? O creen que acaso hay menos complejidades que en el antiguo Egipto que ya se cobraban impuestos? O acaso ustedes creen que los impuestos son al pedo? Me gustaría verlos al frente de algún gobierno a ver qué pasa si están del otro lado… Los impuestos sea como sea hay que pagarlos y el impuesto al consumo es el más fácil de cobrar. Sobre todo en un país donde nos cuesta tanto pagar impuestos, por falta de cultura, por evasión y corrupción que es parte de nuestra cultura ya.
Faltan ideas. Los gobernanates deberian decir a la poblacion del pais como van a darnos trabajo. Con mas trabajo , el problema no seria el mismo.
Pero un grupo de nuestros gobernantes cree que se debe producir dinero (???), otro grupo cree que desde afuera deben modelar nuestro sistema, diciendonos que y como producir. Ambos en definitiva hacen lo mismo. Eludir el verdadero problema.
Debemos pensar y decidir que vamos a producir, como y con que ???
No importa cuanto lo posterguemos, algun dia deberemos pensarnos seriamente.
gracias
Maria .