Desde Anguil, en La Pampa, Anibal Pordomingo coordina el Proyecto Nacional de Producción Animal del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). Confiesa que su primera lectura acerca de la llegada del coronavirus y su impacto sobre la actividad ganadera fue de “desconcierto”. Pero después fue masticando el asunto y cree que cuando pase la pandemia los consumidores serán más exigentes con la carne vacuna. Y esto implicará nuevos desafíos para el sector.
Por ahora, en medio de la emergencia sanitaria, el especialista del INTA recomienda poner mucho ojo en los procesos de manipulación de la carne. El Covid-19 no se transmite en el alimento, pues necesita células vivas para sobrevivir. Pero en los frigórificos donde se faenan los animales se concentra una gran cantidad de mano de obra, que está claramente bajo riesgo. “Debemos ser muy cautelosos en las vías de dispersión de agentes de contagio. No olvidemos que en Estados Unidos, muchos puntos de dispersión del virus vinieron de plantas frigoríficas. Allí hay un punto central a discutir en la Argentina y es el del doble estándar”, aseguró Pordomingo a Bichos de Campo.
Mirá la charla con Aníbal Pordomingo:
La Argentina no solo es una gran consumidora de la carne que produce sino que también la exporta: el año pasado hacia el exterior fueron 1 de cada 4 kilos. Ese negocio también podría verse perjudicado con mayores exigencias y quizás por un recrudecimiento del proteccionismo.
Pordomingo declaró que “hay países que ya lo están pensando y en eso debemos tener un trabajo interno fuerte y rápido. La trazabilidad individual y por cortes se van a demandar cada vez más. Nosotros tenemos trazabilidad, pero es grupal y por grandes lotes. No sabemos de qué novillo vino un corte de carne sino de qué lote, de qué grupo de animales o de qué campo vino. Es decir, no sabemos qué pasó una vez que se le bajó el cuero a esa carcasa”.
“Mi hipótesis es que vamos rumbo a un sistema de trazabilidad mucho más estricto, probablemente electrónico, con chip subcutáneo, y trazabilidad después de que le bajaron el cuero al animal. ¿Por qué el derecho de las personas a una carne sana es diferente según la región del mundo?. Esto será lavado por el coronavirus y yo creo que tendríamos que tener un solo sistema. Los consumidores domésticos debemos entender que tiene que ser así”, afirmó el experto en esta larga charla.
El especialista del INTA Anguil dijo que otra de sus preocupaciones en torno a la pandemia tiene que ver con la modalidad de comercio de carnes, que involucrará a toda la cadena y no solo a los productores. En ese sentido, llamó la atención sobre “la precariedad en algunos eslabones”. Y explicó: “Si bien hablamos del producto en sí y de minimizar los riesgos tranqueras adentro, todavía algunos frigoríficos en condiciones bastante precarias como para sostener y garantizar la inocuidad del producto. Veo mucha manipulación de desarmado de carne en carnicerías como si nunca hubiese pasado nada, cuando esos son canales tremendos de propagación”.
El coordinador del Proyecto Nacional de Producción Animal del INTA ve hacia adelante “un mayor desafío en cuestiones de calidad e higiene, y una mayor presión y demanda del envasado al vacío en las plantas de faena, y acá está el desafío, en que salga de forma inocua directo al consumidor final”.
-¿Y tranqueras adentro?
-Los animales seguirán engordando y las vacas seguirán pariendo. La alimentación y terminación de los animales no puede esperar, pero esto todavía permanece en desafío. La gente se va organizando de a poco y trata de reducir las exposiciones a situaciones de riesgo, con lo cual se redujo la circulación en los campos a lo mínimo y necesario. Entonces uno advierte que hay consciencia.
Pordomingo se mostró convencido de que entre los ganaderos crecerá mucho la digitalización de algunas operaciones. “Te diría que casi el 80% de los productores empezó a usar sistemas virtuales, se activaron muy rápido las compras online, o el interactuar con el veterinario o casa de alimentos de forma virtual. Sorprende la velocidad con que el sector aceptó estás nuevas formas de transacción”, celebró.
Esta adopción intensiva se produjo, para Pordomingo, por necesidad. “Antes era una cuestión de anécdota con olor a cierta pereza. O bien quien usaba esa herramienta podía ser catalogado como arrogante. Pero hoy las veterinarias y empresas de alimentos organizan reuniones mediante plataformas como Zoom, y de hecho yo estoy día por medio metido en alguna de ellas con actores de la cadena. Eso hace 4 meses ni lo imaginábamos”.
No obstante, Pordomingo indicó que no por estar en el ámbito rural hay que relajarse al respecto del coronavirus. “Todavía hay una cuestión cultural de pensar que porque estamos en el ámbito rural estamos protegidos, cosa, que si bien es cierta en parte, también hay interacción entre personas, de modo que hay riesgos también. Todavía nos queda esta sensación de transmitir que el riesgo está”.