Que la campaña argentina de trigo 2022/23 resultó un auténtico desastres no es novedad. Pero no deja de impresionar el hecho de visualizar un mapa revelador sobre el impacto del desastre.
La campaña de trigo 2022/23 ya comenzó con complicaciones desde las gateras. Por un lado, los costos de los fertilizantes se dispararon a principios de año como consecuencia del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania y, si bien los precios del cereal también mostraron una suba considerable, los márgenes para los productores resultaban más ajustados respecto de la campaña previa gracias al “planchazo” de precios promovido por la intervención oficial.
Por otra parte, el otoño dejó lluvias muy por debajo de lo normal y eso afectó seriamente la humedad disponible para avanzar con las siembras con normalidad.
Es por eso que, después del récord en 20 años de superficie sembrada que se había alcanzado en la 2021/22, las coberturas en la nueva campaña cayeron 15% en términos interanuales para terminar en una superficie de 5,9 M/ha a nivel nacional (un millón de hectáreas menos que el año anterior).
“La zona que más cayó, tanto en términos absolutos como en términos relativos, fue la región Centro con un descenso de 800.000 hectáreas entre un año y otro (-18%) de la mano de un fuerte retroceso en Córdoba (-35%), Santa Fe (-17%) y el norte de Buenos Aires (-10%)”, expuso un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
La pérdida de área, junto con el impacto de la sequía y una tanda de heladas tardías, provocaron que la región central argentina perdiese este año la mitad de la producción obtenida en 2021/22 a pasar de 15,9 millones de toneladas a tan sólo 6,1 millones en 2022/23, es decir un 62% menos.
La cuestión es que la región Centro es la que mayor concentración de molinos harineros posee y, por lo tanto, la de mayor molienda estimada para la campaña 2022/23 con un total de 4,1 Mt (75% del total a nivel nacional). “Parte de estas necesidades de grano para la molienda es probable que resulte abastecida por grano de otras regiones”, apunta el informe de la BCR.
Con un balance de oferta tan ajustado, las exportaciones totales desde puertos argentinos durante el ciclo 2022/23 sumarían 6,5 millones de toneladas y los stocks finales de la campaña cerrarían en alrededor de 1,50 millones de toneladas, lo que dejaría un empalme de cosechas bastante más ajustado para el próximo año. “Cabe aclarar que este número de exportaciones está pensado como un techo de estimación; es decir, que puede ser que el número efectivamente exportado sea inferior, pero difícilmente pueda superarse ese volumen dado lo ajustado del balance”, resume el informe.
Hay lotes rescatables, aunque sufrió las heladas, la seca y el casi nulo aporte de N del suelo… se la bancó muy bien el #SY109 de @BuckSemillas .
Elegímos siembra de soja tardía, planteo defensivo 😌.
📌 AGChaves@MolinosBalaton pic.twitter.com/nsAwqWamwx— Damian Gopar (@Damiantwr) December 2, 2022
Solo basta con repasar la historia económica argentina para comprender que las medidas adoptadas por los gobiernos y en particular peronistas no funcionaron antes y tampoco lo harán ahora. Quién quiere un socio que no aporta nada y tampoco arriesga nada?