El mercado argentino de girasol cuenta con una particularidad que ningún otro cultivo tiene: los compradores pagan, además del precio del producto, una “bonificación” por flete.
Sucede que el área de siembra de girasol en la Argentina está concentrada en el NEA y en el sur de la zona pampeana, pero las fábricas están localizadas en la región central argentina.
El diferencial de flete, es decir, la “bonificación”, se explica por la necesidad de las industrias aceiteras de originar mercadería en áreas extra-regionales.
La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) elaboró un mapa, con datos estimados correspondientes al ciclo 2023/24, en el cual puede apreciarse esa particularidad.
La BCR se estima que la siembra de girasol 2023/24 alcanzó un total de 1,88 millones de hectáreas, lo que representa una caída del 25% respecto de la campaña anterior.
En base a la regionalización de girasol que realiza Asagir, en el núcleo girasolero del NEA el área cayó casi un 50% con una superficie sembrada total de 230.000 hectáreas. La región Centro registró una merma en la superficie sembrada de 40% interanual, con un total de 220.000 hectáreas implantadas. En San Luis, otra importante región productora, el área cayó un 20% para arribar a 75.000 hectáreas, mientras que en Entre Ríos el recorte fue del 25%, con un total implantado de 15.000.
En el centro de Buenos Aires y el oeste bonaerense el área total se mantuvo estable con 80.000 y 335.000 hectáreas respectivamente. El sudeste y sudoeste bonaerense registran una caída de 20% cada una, para sumar un total de 300.000 y 360.000 hectáreas en el nuevo ciclo. En La Pampa prácticamente no hubo variaciones entre campañas en el área implantada, sumando un total de 270.000 hectáreas.
“Ante este panorama, y si las condiciones climáticas lo permiten, se esperaría una producción a nivel nacional de 3,85 millones de toneladas. Ello es un 20% por detrás de la producción estimada para la campaña anterior. Sin embargo, algunas estimaciones privadas parten de una menor área sembrada ajustando por tanto la estimación de producción hasta un rango de 3,3 a 3,5 millones”, indica la BCR.
Para la campaña 2023/24 se vislumbra un aumento en el consumo global de aceite de girasol superior al incremento en la producción. “Eso da pie a que, si bien en Argentina el procesamiento caería entre campañas por la menor producción local de semilla, se mantenga por encima de los volúmenes alcanzados en años previos”, apunta el informe.
“De esta manera, se estima que un total de 3,6 millones de toneladas serán destinadas a la industria aceitera, un 8% menos que en la campaña anterior, pero 11% por encima del promedio de los últimos cinco años. Asimismo, se prevé una exportación de semilla de 180.000 toneladas para todo el ciclo”, resume.
Bien en cuanto al Maní,, alertas de flete en Girasol, pero muy flojos a no denunciar la Renta Ociosa, el 80 % de la tierra productiva está alquilada y sus propietarios deberían estar grabados por impuestos de hasta un 80% de acuerdo a la extension de sus campos , esto se aplicaría para sacar retenciones a los que producen y el saldo a la obra pública bien contralada para evitar lo que ya,es muy conocido.
Muchas gracias
En la mayoría de los casos esa supuesta bonificación por flete funciona a la inversa. En general el girasol cuenta con una bonificación por nivel de materia grasa. Esas supuestas bonificaciones por flete lo que hacen es bajar el valor sobre el cual se calcula la bonificación por materia grasa.
mentira, pagan un plus por flete para estimular las ventas por parte de los productores, y pueden pagar ese plus por que es un mercado poco transparente, donde solo hay 2 conpradores, y pagan muy por debajo de la capacidad de pago, pagan lo que quieren, eso les da un margen para bonificar el flete
Pedro Etchepare: los campos arrendados son algo muy bueno. Hay dos empresarios en el mismo campo. El dueño de la tierra recibe una renta por su capital, y el arrendatario produce una renta que, en porción a lo que invierte, es mejor que la renta del dueño, y es lógico que así sea porque tiene más riesgo. Desde afuera parece un muy buen negocio. Hay que estar en el negocio para entenderlo. Para el que tiene dinero , invertir en el campo, es uno de los negocios que menos renta produce. En los países occidentales y democráticos, es una inversión relativamente segura. Y los campos producen. En donde han invadido las dictaduras de izquierda el campo no es negocio para los productores. Y la producción es un desastre.
coincido totalmente