Luego de convocar a un cese de comercialización de todas las categorías de hacienda vacuna desde este jueves hasta el viernes 28 de mayo, la Comisión de Enlace de Entidades Agropecuarias brindó una rueda de prensa virtual para expresar que la medida cuenta con un gran apoyo por parte de productores y consignatarios de hacienda.
Jorge Chemes, presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), declaró que “lamentamos profundamente llegar a este momento; a nadie le gusta y mucho menos a nosotros como sector productivo, pero creemos que el camino y las decisiones que toma el poder Ejecutivo son profundamente erradas”, dijo en referencia al cierre de las exportaciones de carne bovina.
Chemes consideró que el gobierno nacional “debería haber ido por el camino totalmente contrario al que tomó, que sería el de incentivar la producción para que, de ese modo, estén abastecidos tanto el consumo interno como la exportación; en varias oportunidades nos reunimos con muchos funcionarios y les hicimos notar hacia dónde creíamos que había que dirigir las medidas y cuál era el rumbo por tomar, pero lamentablemente no se nos ha escuchado”.
“Esta instancia a la que llegamos con estas medidas no tiene en cuenta la solución para el común de la sociedad argentina, ni tampoco la gente podrá conseguir precios accesibles por la carne”, resaltó Chemes.
A su turno, Carlos Iannizzotto, presidente de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro), manifestó que “queremos decirle al gobierno que éste no es el camino. El intervencionismo y las medidas aisladas no son la forma de cuidar el bolsillo de los ciudadanos ni la productividad en la Argentina. ¿Qué hacemos después de esta medida aislada? No hay plan económico que nos dé una forma de arribar a más producción y a más empleo”.
“Es lo mismo que a países como Corea le impidan exportar celulares o a Japón sus autos insignia. ¿Cómo se nos va a prohibir algo que forma parte de la esencia productiva de la ruralidad, una actividad como la carne que atraviesa transversalmente a todo el país?”, se preguntó.
A juicio de Iannizzotto, la exportación no conduce a una mayor inflación de precios en el mercado local. “El problema de los altos precios tiene que ver con la macroeconomía, y en que no hay control de gastos ni de emisión monetaria de parte del Estado; encima quieren controlar prohibiendo la exportación de carne, llevando a los productores hacia un camino de desaliento y desconfianza”, remarcó.
Daniel Pelegrina, presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA) expresó que “esto se repite en la historia y no tiene razonabilidad alguna. Cuando en 2006 cerraron las exportaciones de carne se perdieron 10 millones de cabezas y 3,7 millones de vientres, es decir, lo que daba posibilidades de crecimiento a la ganadería argentina en donde el criador, el último eslabón en la cadena, es el más vulnerable”.
Pelegrina argumentó que “para recuperar el mismo stock de vientres que teníamos antes de las medidas del 2006 nos llevó diez años, un tiempo increíble, mientras nuestros competidores avanzan en el mundo y dejan nuestra posición rezagada”.
“Finalmente, siempre el enemigo buscado en el frente del gobierno somos los productores agropecuarios, y con eso terminan haciendo una cortina de humo para tapar otras cosas en la pandemia, en la salud, en la economía y en la inestabilidad de nuestras instituciones republicanas. Mientras tanto, en Brasil, Paraguay y Uruguay están haciendo una fiesta por los mercados que perderemos”, sintetizó.
Carlos Achetoni, presidente de Federación Agraria Argentina (FAA), dijo que “es muy triste tener que tomar estas decisiones justo en el Día de la Escarapela, y tener que salir a defender otro emblema nacional como lo es la carne. Es un atentado al desarrollo y al progreso, un déjà vu a lo que sucedió en el pasado y que tan caro nos costó especialmente a los que me toca defender, los pequeños y medianos productores”.
Achetoni precisó que “las cabezas de ganado pueden desaparecer y paulatinamente, muchos años después , se pueden recuperar, pero lo que no podemos recuperar es a los productores que salen del circuito”.
“Nunca vi una decisión tan unánime de repudio como ésta en las filas de Federación Agraria, para salir de modo organizado en defensa del patrimonio nacional y del cuidado de la mesa de los argentinos. A la gente se la saca de la pobreza con trabajo, no con medidas que le abaraten el acceso y con situaciones de asistencia indefinida, porque de ese modo generamos mayor presión impositiva y menor posibilidad de acceso a los alimentos”, resaltó Achetoni.
“Me duele la situación en la que se encuentra la Argentina, la pobreza, el estado sanitario, y las malas decisiones inconsultas que han tomado. Así como nos pidieron estar en mesas como las ‘del Hambre’ y en muchas otras instancias, el sector productivo también está para aportar ideas, pero difícilmente podemos hacerlo cuando nos enteramos de las decisiones por los medios o por el Boletín Oficial”, agregó.