Nunca había visto tanta urea granulada junta. Esta semana tuve la oportunidad de visitar las instalaciones de Profertil, en Ingeniero White, y el lugar que más me conmovió fue el de los silos donde se almacenan decenas de miles de toneladas del fertilizante nitrogenado.
Las proporciones del centro de almacenamiento son tan gigantescas que los ocasionales visitantes del mismo parecen hormigas tan curiosas como insignificantes.
Esas montañas ciclópeas de pelotitas granuladas, elaboradas en base a gas natural, agua y aire, son los pilares de la civilización humana. Y esa no es una frasecita tirada así al pasar, sino algo completamente cierto.
Si mañana las empresas que fabrican celulares dejaran de hacerlo durante todo un año, seguramente habría quejas ruidosas de aquellos acostumbrados a cambiar de dispositivo cada seis meses para intentar experimentar que algo importante sucede en sus vidas. Pero la civilización seguiría en pie.
Si mañana las empresas que fabrican fertilizantes nitrogenados dejaran de hacerlo durante todo un año, los rendimientos de los cereales caerían a la mitad a nivel global, los precios subirían de manera desproporcionada para generar hambrunas, las cuales seguramente promoverían conflictos bélicos, migraciones súper masivas y caos. La civilización tambalearía.
¿Qué sucede cuando le ponemos números a los planteos agroecológicos? La respuesta no te sorprenderá
Resulta extraño pensar que algunas cosas que damos por supuestas son en realidad el producto del esfuerzo mancomunado de miles de personas que todos los días se ocupan de brindar los elementos indispensables para que la existencia pueda desarrollarse en un entorno habitado por un cierto orden.
Mientras miraba obnubilado esa cascada de urea que alimentaba de manera constante a la montaña de gránulos blancos, no dejaba de pensar en aquellos que afirman que el uso de insumos de síntesis química debe erradicarse de la producción agropecuaria para estar en armonía con el planeta ¿Serán conscientes de que eso implica asumir, al final del día, que sobran al menos 3.000 millones de personas en el mundo? Ideologías que provocaron desgracias catastróficas a mediados del siglo pasado a veces regresan con los disfraces menos pensados.
Tampoco creo que haya una sola manera de hacer las cosas. Es deseable que haya personas que se animen a producir empleando solamente recursos orgánicos para recordarnos a todos que, más allá de los aspectos retóricos, el actual estadio civilizatorio no se logró, para bien o mal, transitando ese camino.
Eso no implica, por supuesto, que no haya que realizar esfuerzos para promover prácticas agronómicas regenerativas que contribuyan a reducir el uso de insumos de síntesis química. Pero los avances en la materia siempre deben darse a paso a paso. Sin apurarse. Aquellos que creen que es factible correr sin cerciorarse si están transitando sobre terreno firme, pueden terminar como Gotabaya Rajapaksa, el temerario ex presidente de Sri Lanka que en 2021, de un día para el otro, decidió prohibir la importación y el uso de fertilizantes inorgánicos.
La urea, por otra parte, como todo recurso esencial, es un factor político. Mucha gracia causó saber que había gente sorprendida porque el presidente brasileño, Luiz Inacio “Lula” da Silva, luego de recibir un indisimulable apoyo de EE.UU. para ganar las elecciones, decidió alinearse este año con Rusia y China, dos naciones que, no casualmente, son las mayores proveedoras de fertilizantes de una nación que importa todos los años al menos el 85% de sus necesidades de nutrientes para los cultivos. Se puede joder con muchas cosas. Pero jamás con la agricultura.
Cuando ya me estaba retirando del galpón, no puede dejar de pensar que la Argentina es uno de los pocos países del mundo que tiene plena disponibilidad de gas natural para fabricar toda la urea que necesita, pero, lamentablemente, la glotonería bulímica de la corporación política impide crear las condiciones para las inversiones necesarias para que eso ocurra puedan prosperar. Una lástima.
Por supuesto no podía faltar el palo al gobierno que contra viento y marea estatizo el 51 % de YPF para que entre otras cosas se pueda producir este insumo en el pais.