El precio de exportación (FOB) oficial del poroto argentino con embarque hasta el mes de febrero de 2025 terminó el año con un valor de 410 u$s/tonelada, una cifra 17% menor a la vigente el último día del año 2023.
Si bien esa “foto” no parece tan dramática, al observar la “película” la cuestión es diferente porque se evidencia el riesgo bajista al cual está expuesto el principal producto de exportación argentino (considerando el complejo sojero en su conjunto).
En el transcurso del año 2024 el valor FOB del poroto de soja estuvo sustentado en una dinámica signada por fuerzas antagónicas. Por un lado, la harina de soja, cuya oferta global supera a la demanda y, por ende, tiende a reflejar una tendencia bajista. Y, por otra parte, el aceite de soja que durante la mayor parte del año evidenció precios firmes con un repunte considerable en el mes de noviembre.
Pero en diciembre la tendencia alcista presente en los valores del aceite de soja comienza a revertirse a causa de las dudas existentes sobre la continuidad del programa de promoción de biocombustibles durante la gestión de Donald Trump, quien asume el 20 de enero próximo.
Esa reversión no sólo complicó al aceite de soja, sino al resto del mercado de aceites vegetales a nivel global ante el temor de que EE.UU. comience a “inyectar” en el mercado mundial grandes volúmenes de aceite de soja que apenas semanas antes se esperaba que el país consumiera internamente para elaborar biodiésel tanto convencional (FAME por sus siglas en inglés) como hidrotratado (HVO).
El mes pasado el Departamento de agricultura de EE.UU. (USDA) aumentó 270.000 a 499.000 toneladas la proyección de exportaciones estadounidenses de aceite de soja para el ciclo 2024/25, lo que evidencia las dudas sobre la continuidad de los incentivos al régimen de biocombustibles durante la gestión de Trump.
A pesar de ese ajuste, el pasado 19 de diciembre –último dato oficial disponible– EE.UU. había ya comprometido el 105% de la oferta exportable prevista de aceite de soja en 2024/25, lo que indica que la cifra estimada tendrá que ser ajustada nuevamente hacia arriba porque el país está enviando al exterior grandes volúmenes de aceite que antes pensaba destinar a la industria local de biodiésel.
En ese marco, si no existe una cambio de tendencia en EE.UU., cabe esperar que el aceite de soja tenga un recorrido bajista, lo que no sería gratuito para la dinámica del precio del poroto.
Una manera de defender la cotización local del poroto es que la Argentina, tal como está instrumentado Brasil, contribuya a incrementar el uso interno de aceite de soja destinado a la fabricación de biodiésel.