En la Argentina las divisas –la “sangre” de la economía– están fabricadas mayormente con agua porque es el sector agropecuario el que provee el grueso de los recursos para pagar importaciones de bienes y servicios. Entonces, si no llueve en los momentos oportunos (como está sucediendo ahora), eso solamente significa una cosa: problemas.
En el año 2022 el ingreso neto integral de divisas generado por los sectores “oleaginosos y cereales” y “otras actividades primarias” fue de 41.950 millones de dólares (M/u$s), mientras que en 2021 esa cifra había sido de 35.503 millones de dólares (M/u$s). Es decir: un crecimiento del 18%.
Sin embargo, vale aclarar que parte de ese crecimiento se sustenta en el adelanto de divisas realizado por el sector agroindustrial exportador en el marco de la primera y segunda edición del régimen denominado “dólar soja”.
También es importante aclarar que el crecimiento se sustenta en su mayor parte en un aumento de los precios internacionales de los productos agroindustriales, dado que la productividad del sector decreció por efecto de inconvenientes climáticos y políticas públicas diseñadas para desincentivar inversiones.
En segundo lugar se ubicó el sector “alimentos y bebidas” con 8202 M/u$s netos ingresados en 2022 (versus 6713 M/u$s en 2021), mientras que el tercer lugar del ranking de generación de divisas fue para la minería con 3745 M/u$s (2760 M/u$s en 2021).
Los servicios profesionales el año pasado generaron divisas netas por 3013 M/u$s, los cuales comprenden asesoramiento jurídico, contable, publicidades, diseño, informática, información y un largo etcétera. Se trata de un sector que podría generar muchas más divisas, dado que, debido al “cepo cambiario”, buena parte de los mismos son realizados desde territorio argentino pero facturados en jurisdicciones externas.
Los datos corresponden a cifras del último Balance Cambiario publicado por el Banco Central de la República Argentina (BCRA) en lo que respecta a exportaciones/importaciones, inversiones directas, préstamos, giro de utilidades y formación de activos externos.
En cuanto a la industria petrolera y gasífera, los ingresos por exportaciones e inversiones generados en 2022 no lograron compensar la salida de divisas, lo que implicó que el sector registró un balance cambiario neto de -2921 M/u$s.
Si bien se instrumentan campañas de comunicación que aseguran que el desarrollo de los yacimientos patagónicos de hidrocarburos no convencionales (shale oil, shale gas y tight gas) pronto solucionarán el problema de déficit de divisas presente en la Argentina, la realidad es que ese escenario aún está bastante lejano.
Los demás grandes sectores generadores de bienes y servicios de la economía argentina consumen muchísimos más dólares de los que generan y son “subsidiados”, en términos cambiarios, por el sector agroindustrial.
El “campeón” del consumo de divisas en 2022 fue el turismo, el cual registró un déficit cambiario neto de 6811 M/u$s. Una cifra bestial. La razón de ese fenómeno no es un misterio: muchísimos argentinos viajaron el año pasado a Qatar para alentar a la selección nacional de fútbol.
El hecho de que, debido a las distorsiones generadas por el cepo cambiario, Argentina no pueda aprovechar los numerosos activos naturales y culturales para promover turismo receptivo representa un hecho insólito en un contexto de restricción de divisas.
Los únicos que están aprovechando el “hot sale” de la destrucción del valor de los activos argentos son los visitantes esporádicos de los países vecinos, quienes, con unos pocos dólares en el bolsillo, se hacen un “pic nic” consumista (que suele ser luego publicado redes sociales).
En los siguientes puestos del ranking de consumidores de divisas se encuentran los sectores de la industria química con un déficit de 6616 M/u$s, el rubro de maquinarias y equipos con -5519 M/u$s y el comercio con -5073 M/u$s.
El dato es que la importación de bienes de capital, piezas y bienes de consumo con un tipo de cambio “subsidiado” representó un negocio sumamente lucrativo para aquellas empresas bendecidas por el favor oficial.
La industria automotriz registró el año pasado un déficit cambiario de 1902 M/u$s, un cifra bastante menor a la del año 2021 (-3468 M/u$s) debido a las crecientes dificultades que experimentó para conseguir divisas al tipo de cambio oficial para poder así concretar importaciones de autopartes (lo que explica los enormes retrasos que tiene para entregar vehículos nuevos).
En los siguientes puestos del ranking de consumidores de divisas se ubican los metales con -1776 M/u$s, la industria textil con -824 M/u$s y la industria del papel y ediciones con -823 M/u$s, entre otros.
Vale recordar que desde mayo de 2020 a la fecha las autoridades de BCRA vienen implementando una serie de barreras administrativas orientadas a restringir la posibilidad de concretar importaciones de bienes considerados “no esenciales”, entre los cuales, lamentablemente, se incluyen a productos esenciales para muchos sectores de la economía y la sociedad argentina.
El Balance Cambiario del BCRA muestra que en 2022 se realizaron giros de utilidades hacia el exterior por apenas 32 M/u$s, la mayor parte de las cuales corresponden a los sectores minero y petrolero. Se trata de una cifra ridículamente baja porque esa operatoria está restringida a partir de lo instrumentado por la comunicación “A”6768 del BCRA.
Ceo muy bien expresado campo mas argen Tina y los gobernantes que siguen implementando “soluciones ” que no dieron positivo antes y se sabe, están fusilando al país, empresas, personas, educación…todo..y falta, entonces, que se vota???? País que se derrumba , que sangra mal…a quien votan????