Silvio Montenegro, ingeniero agrónomo y productor de las zonas de Sargento Cabral y Chabás, en el sur de Santa Fe, escribió unas líneas muy duras que expresan el estado de ánimo de muchos ganaderos ante los idas y vueltas en las reglamentaciones sanitarias dispuestas por el Senasa (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria).
Montenegro, que integra los grupos de productores “autoconvocados” critica especialmente la Resolución 77/2021 del Senasa, que fue dictada en febrero para flexibilizar las normas para los establecimientos ganaderos interesados en ser declarados libres de brucelosis bovina. Antes era necesario sangrar todo el rodeo. Ahora hay opciones para analizar solo parte del rebaño.
Esta es la opinión de Montenegro:
“Esta resolución me parece una burla para todos aquellos que con mucho esfuerzo, físico y económico, hemos logrado hace décadas el ‘libre de brucelosis y tuberculosis’. Para lograrlo los resultados debían ser tres análisis negativos de todo el rodeo en el término de 1 año.
Todos esos esfuerzos no tuvieron premios de mercado, ni estímulos ni premios estatales por lograrlo o conseguirlo. Solamente la obligación de sangrar todo el rodeo cada dos años y no todos los años. Desde allí hasta aquí, las exigencias han sido cada vez menos rigurosas y con provincias que, por lo menos hasta hace poco tiempo, no exigían a sus vientres el sangrado previo a la carga con destino a cría o invernada.
La exigencia de China, para que no se embarquen vacas con brucelosis a ese destino, no se va a poder garantizar con esta resolución, salvo que a la hacienda destinada a faena, de esos establecimientos y con ese destino, se les exija un sangrado negativo previo a la carga para faena.
La total falta de controles de los Estados nacional, provincial y municipal para el sin número de disposiciones, ordenanzas, resoluciones y leyes, en este caso, lo único que lograrán es eliminar los positivos a un tercio de velocidad que la que se lograría sangrando a todo el rodeo.
Por otro lado, se busca beneficiar a los productores en saneamiento con menos costos de sangrado -gastando la tercera parte-, pero por otro lado se necesitarán tres veces más de sangrados, por lo menos, para eliminar los positivos. A pesar de esto igual no lograrán el status sanitario de libre.
Lo que debería haber primado es que el mejor precio del destino de la carne (en este caso China) sea el aliciente para alcanzar el más alto nivel sanitario del establecimiento primero y del país después.
Hoy, con esta resolución y la falta de controles, se pone en riesgo inclusive el abastecimiento del mercado chino, que acapara el 75% de nuestras exportaciones totales de carne bovina, con establecimientos libres en caso de detectarse carne de animales positivos a brucelosis.
Esto es muy parecido a la evolución de la trazabilidad en el rodeo nacional, que en el primer momento era optativa para los que querían ser proveedores para la CEE (Comunidad Europea) y desde el nacimiento de los animales. Después de tantas reglamentaciones, que solo cumplían los “honestos” y con el SENASA que no cumplía con los controles que debía hacer, se terminó trazando solo los últimos 3 meses hasta la faena, que es algo así como sacar el DNI a los 70 años.
Es más, antes de 2015 se pensó en obligar a la identificación electrónica a través, por ejemplo, de chips implantados detrás de la oreja. Menos mal que no ocurrió, primero por lo costoso y segundo porque por la falta de controles y la viveza criolla los animales en vez de perder las caravanas perderían las orejas.
Sirva esto como claros ejemplos de que el gobierno argentino no busca la excelencia, por lo cual no cree en la meritocracia, y se conforma con la mediocridad, en todos los ámbitos. Por eso, siempre, nivela para abajo”.
excelente comentario