Un desastre social y productivo se está registrando en el norte de la provincia de Buenos Aires a causa de una inesperada tormenta acompañada por precipitaciones intensas, granizo y ráfagas.
Hasta las 9:00 horas de este viernes 16 de mayo el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) había registrado en la zona de Junín acumulados de 117 milímetros (récord diario para mayo).
Si bien las mayores precipitaciones se registraron en la zona de Junín, en las localidades lindantes se registraron entre 60 a 100 milímetros con algunos episodios de granizo.
El problema es que en el transcurso del día de hoy siguieron presentándose precipitaciones abundantes –en muchas casos superiores a 100 milímetros– en todo el norte de la provincia de Buenos Aires.
“Las tormentas se regeneran constantemente en el norte de Buenos Aires”, informó esta noche el SMN. “La zona entre Zárate y Arrecifes muestran acumulados entre 150 y 250 milímetros y aún quedan muchas horas de lluvias. Se elevó a nivel rojo el alerta porque seguirá lloviendo en zonas inundadas”, alertó.
Además de caminos rurales intransitables, el fenómeno es tan agresivo que incluso sectores de la ruta nacional Nº 9 quedaron cortados por anegamiento.
Al jueves pasado, según datos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, quedaban más de 500.000 hectáreas de soja por cosechar en el norte bonaerense, así como unas 120.000 de maíz. Buena parte de lo cosechado recientemente está embolsado en campos, lo que implica que gran parte de ese grano se puede haber perdido.
Además de las pérdidas económicas que puede llegar a generar el fenómeno relativo a al cosecha gruesa, también impacta en la siembras programas de trigo y cebada, las cuales sólo podrán ser retomadas cuando haya “piso” para poder entrar con las máquinas a los lotes.
Los empresarios y trabajadores de la zona afectada definen al evento como “interminable”, porque la lluvia, cuando parecía que mermaba, pocos minutos después volvía y a veces con mayor intensidad.
Si bien los desastres climáticos son parte de la realidad del agro, la falta de caminos rurales adecuados y el déficit de obras de infraestructura presente en la región agravan el problema.