Mientras que la mayor parte de los países está intentando negociar con la gestión de Donald Trump, el gobierno chino decidió enfrentar la política proteccionista de EE.UU. con medidas “espejo” que van camino a generar un escenario por demás incierto en materia de comercio internacional.
“China impuso a modo de represalia aranceles del 34%, que se suman a sus aranceles previos récord, medidas para-arancelarias, subsidios ilegales a empresas y una masiva manipulación cambiaria. Y eso a pesar de mi advertencia de que cualquier país que tome represalias contra EE.UU., imponiendo aranceles adicionales además de los ya existentes y prolongados abusos contra nuestra nación, se enfrentará de inmediato a nuevos aranceles sustancialmente más altos, además de los inicialmente establecidos”, indicó este lunes el presidente Trump en redes sociales.
“Por lo tanto, si China no retira su aumento del 34%, además de sus abusos comerciales sistemáticos, mañana 8 de abril de 2025 EE.UU. impondrá aranceles adicionales del 50% a China, que comenzarán a regir a partir del 9 de abril. Además, se suspenderán todas las conversaciones con China sobre sus reuniones solicitadas, pero negociaciones con otros países que también han solicitado reuniones comenzarán de inmediato”, añadió.
La suma de aranceles entre ambas naciones ya está adquiriendo un nivel ridículo. Por ejemplo, en el caso del maíz, China establece una cuota anual de 7,20 millones de toneladas con un arancel preferencial del 1%, mientras lo que se envía por fuera de la cuota está gravado con un 65% (un bloqueo comercial de facto).
Sin embargo, para el maíz estadounidense China reactivó –dentro de la cuota– un arancel implementado en 2020 del 25%, además de otro 15% aplicado en marzo pasado y el último del 34%, lo que da una suma total del 75%.
Ya con eso el cereal estadounidense está fuera del mercado chino, aunque no se descarta que la corporación estatal china Sinograin pueda realizar compras estratégicas de maíz de ese origen para recomponer reservas estatales de granos.
Este lunes además ocurrió otro hecho insólito: luego de que el gobierno de Vietnam aceptar eliminar aranceles de las importaciones de bienes de EE.UU. para evitar la imposición del arancel general de 46% impuesto por Trump, un funcionario de la Casa Blanca dijo que eso no era suficiente para llegar a un acuerdo con esa nación asiática.
“Tomemos el caso de Vietnam. Cuando nos dicen ‘vamos a reducir a cero los aranceles’, eso no significa nada para nosotros, porque lo que importa es el fraude no arancelario”, declaró Peter Navarro, consejero económico de la Casa Blanca, durante una entrevista realizada por el canal CNBC.
Eso implica que Vietnam opera, según la hipótesis de la gestión de Trump, como si fuese un enclave chino encubierto y, por lo tanto, el plan real consiste en bloquear la mayor parte de las exportaciones proveniente de ese país.
A pesar de que Vietnam comparte con Indonesia el segundo puesto mundial de importador de harina de soja –por detrás de la Unión Europea– este lunes los futuros de ese producto en el CME Group (“Chicago”) terminaron con alzas por razones que son muy difíciles de dilucidar en una coyuntura global tan caótica.