El INTA de Manfredi, en Córdoba, es una suerte de epicentro de la agricultura de precisión en el país. En su auditorio, llamado Mario Bragachini, se realizó hace algunas semanas la 7° Reunión Internacional de Riego. Todo tiene una explicación, y es que allí también comenzaron las primeras investigaciones de técnicos del organismo sobre irrigación mecanizada en el país. Fue más o menos hace 25 años.
Aquiles Salinas no estuvo desde el principio de aquella historia, pero la conoce bien y tuvo que exponer sobre ella en su carácter de coordinador nacional de los Programas de Riego del INTA, que por suerte se han extendido y diversificado. Con él habló Bichos de Campo:
-¿Así que ya acumulan un cuarto de siglo investigando sobre riego en Manfredi?- le preguntamos a Salinas, que además ejerce la conducción de esa estación experimental.
-Sí. Nosotros iniciamos en el año 96 y para este evento -que iba a ser en 2020 y se postergó por la pandemia-, habíamos pensado en valorizar lo que realmente ha hecho INTA en todo ese tiempo. Fue resumir 25 años de trabajo, donde los aportes no eran solamente a cómo rinde el maíz, el trigo, cómo se riega, sino que hemos participado en la formulación dé las políticas públicas a partir de la información que generamos.
-Dame ejemplos…
-Se cambió la Ley de Uso del Agua Riego en Córdoba, que no existía para el riego por perforación, solamente eran consorcios canaleros. A partir de toda esa información la ley se modificó, se incorporan las perforaciones y bueno, es un hecho más que contundente. También gestionamos la formación de la que fue la primera Asociación de Córdoba, que después se transforma en el Consorcio de Regantes, que es una organización que hoy camina sola.
-¿Y el crecimiento del riego acompañó estas investigaciones?
-Pasamos de 4.000 a 185.000 hectáreas. Y los acuíferos se mantienen. Entonces quiere decir que las cosas todavía las seguimos haciendo bien.
-Por estos campos experimentales deben haber pasado muchos y diferentes equipos de riego. Pero vos no destacas solo el aspecto tecnológico sino un rol de políticas públicas y organizacional.
-Exactamente, y de políticas públicas que trascendieron a los gobiernos. Porque en el 95 no era el mismo gobierno que hay hoy y todo ese proceso se mantuvo, se potenció y hoy hay una excelente articulación entre INTA y el Ministerio de Agua y Servicios Públicos (de Córdoba), que hoy es administración de los Recursos Hídricos Públicos. Y con el Consorcio, que en definitiva es un actor privado. En ese triángulo estamos haciendo trabajo más que interesante y el INTA juega un rol muy fuerte.
-¿El salto fue entonces de 4.000 hectáreas regadas en Córdoba hasta casi 200.000 en la actualidad?
-Eso en Córdoba, que es una zona que su principal déficit para ser más productiva es el agua. En los últimos diez años la mitad de ese incremento del área de riego es gracias a más productores que entraron en el riego.
Salinas comenta que en estos años de trabajo “armamos los Diez Mandamientos del Riego”. El último de esos mandamientos es que “no riega el que quiere sino el que puede”, ya que dispone de agua en cantidad y calidad, además de suelos aptos para ser regados. “Toda esa combinación hace que no en toda la provincia se pueda regar, pero todavía nos queda una superficie importante” para crecer.
-Hoy estamos regando casi el 2% del 100% que se podría regar.
-¿Es decir que podría multiplicar entonces 50 veces? ¿Cómo se crece?
-El país tiene un plan nacional de Riego que sigue vigente, aunque no está financiado. Hoy la provincia está armando un plan provincial de ampliación de riego con financiación de bancos nacionales y provinciales. La idea es por lo menos pasar en el mediano plazo a 400.000 hectáreas. Los productores todo lo que nosotros fuimos diciendo lo han tomado y el 95% lo que están regando lo están haciendo en perfectas condiciones.
-¿Esto es sin alterar el recurso, sin afectar las napas?
–Ni las napas, ni el suelo. El suelo, si bien ha cambiado su composición química, está en un nivel superior, no afecta a la productividad y lo que cambió fue la productividad de los campo. Pasaron de 2500 kilos de trigo a 5000, el maíz de 8000 a 12000 y la soja pasó de 3000 a 4500 kilos. O sea que el riego permitió saltos que van desde el 50% hasta un 100%.
-Si todo es tan favorable… ¿por qué no hay más productores que rieguen?
-Hay algunos factores que limitan. Por ejemplo, y esto es opinión propia, que se necesita energía y no hay infraestructura energética. De ahí que en los proyectos nuevos con energía solar que tenemos en estudio aquí. Hay lugares donde nunca va a llegar una infraestructura para desarrollo del norte de Córdoba. Hay una cantidad de equipos muy grandes. A veces cuando están tan al límite, se prende el equipo y se le corta la luz al pueblo. Entonces el desarrollo del riego va a ir con energías alternativas.
-¿Qué otra limitante vez?
-La otra es la crediticia. Ahora va cambiando, pero antes eran créditos hipotecarios. Para cualquier maquinaria los créditos en general son prendarios, pero en riego eran hipotecarios. Entonces ese fue un poco el miedo del productor y frenó bastante los proyectos.