Un proyecto conjunto de la empresa Ledesma, que produce sus papeles a partir de caña de azúcar, y la pyme misionera Plastimi permitió generar un envase biodegradable que se integra a la naturaleza en 180 días. Una productora de yerba de Oberá es una de las primeras firmas productivas que aprovecharon este desarrollo.
El nuevo envase biodegradable se elabora sobre la base de papel Ledesma NAT y un laminado de bioplástico compostable. “Como resultado de ese trabajo ya se están fabricando sobres de seguridad para documentación de bancos, bolsas en las que YPF entrega a sus clientes la borra de café que se genera en las estaciones de servicio para volcar en composteras y paquetes de yerba Mate Rojo, de la empresa Molinos La Misión SA”, contó Ledesma en un comunicado.
En el caso de la empresa obereña, que es propiedad de la familia Stepaniuk y está festejando sus 30 años de trabajao, contaron que el envase está fabricada a base de papel de caña de azúcar y almidón de maíz, con 0% de blanqueadores químicos y 0% de fibra de árbol. “De esta manera, ofrece un packaging 100% bio”, destacaron.
A partir de este desarrollo, los paquetes de yerba Mate Rojo Bio se descomponen naturalmente en un plazo máximo de 180 días y “liberan valiosos nutrientes en el suelo, devolviendo algo de lo que tanto brinda a los productores. Esto se debe a que tanto el envase de papel con las tintas y su sistema de impresión, son 100% sustentables”, destacó esa firma.
La yerbatera de Oberá instó a los consumidores a realizar un desafío: tomar un rico mate y cuando se termina la yerba, se reutilice el envase usándolo como maceta. “Plantalo y veras cómo al poco tiempo se hace parte de la tierra. Y disfrutá de tu plantita todos los días”, invitaron.
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“Las empresas tenemos el desafío de ofrecer opciones sustentables para un consumidor que es cada vez más responsable”, sostuvo Marcos Uribelarrea, director del Negocio de Papel de Ledesma, que anticipó que ya están trabajado en nuevos proyectos que van en esta misma línea.
Por su parte, el gerente de Plastimi, Sergio Guelman, explicó que los envases se degradan en un plazo máximo de 180 días, pero pueden hacerlo en hasta la mitad de ese tiempo, dependiendo de la temperatura y otros factores ambientales. “Este proyecto es disruptivo, innovador e implica, sobre todo, un cambio cultural. Tenemos muchos desafíos por delante porque ya hemos probado que podemos elaborar envases de calidad y esto puede aplicarse a packagings de distintos productos”, agregó.
Los envases fabricados a partir de materias primas orgánicas renovables, como es la caña de azúcar, aportan un ahorro de CO2, eliminan residuos y protegen al medio ambiente. El papel Ledesma NAT, en este sentido, fue lanzado en 2019 y tiene indicador de huella de carbono casi neutral, lo que significa que mitiga casi todas sus emisiones de carbono.