La noticia sucedió en medio de la Expoagro y por eso pasó desapercibida. Pero esta semana hubo un sacudón entre quienes forman el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria), que se desencadenó cuando el director de la Regional del Norte de Buenos Aires, Hernan Trebino, echó de su cargo a Ignacio Terrile, el director de la experimental más grande que tiene el organismo en esa región, la de Pergamino.
La situación desencadenó especulaciones de todo tipo, especialmente porque el pedido de renuncia se produjo a escasos cuatro meses de que se realice el concurso para renovar o en todo caso reemplazar muchos directores de estaciones experimentales e incluso el director nacional del INTA, incluyendo el pueso que ocupaba Terrile desde 2019. Entre las versiones que se escucharon una decía que este era el comienzo de una movida del kirchnerismo para copar todos los puestos antes de una preanunciada derrota electoral en cotubre y el cambio de signo de gobierno.
Fuentes oficiales del INTA, en cambio, sostenían una versión mucho más doméstica, que daba cuenta de la pésima relación que existía entre ambos funcionarios, quienes casi no se hablaban a pesar de que ambos trabajaban -uno por la regional, otro por la experiemntal local- en la sede de Pergamino. La fuente confirmó que como la relación no daba para más Trebino reclamó la renuncia de Terrile, quien aceptó dimitir sin mayor discusión.
Incluso el director de la EEA Pergamino envió una carta a su ex superior, explicando que no era él quien promovía las protestas de empleados e investigadores del INTA local, quienes reaccionaron de mal modo frente al despido.
Entre el jueves y viernes, por cierto, unas 50 personas que trabajan en el lugar firmaron una carta dirigida al director regional, en la que le solicitan “una reunión presencial y virtual abierta al personal para poder informarnos sobre los aspectos críticos que motivaron la interrupción de la dirección de la EEA”.
“Nos sentimos parte responsable de la marcha de nuestra experimental y quisiéramos conversar sobre las necesidades de cambio que se han detectado desde el CRBAN (Consejo Regional Buenos Aires Norte). Luego de conocer el diagnóstico podremos contribuir para que INTA Pergamino sea una unidad de referencia para la generación de información, formación de profesionales y participación en el desarrollo del territorio del que somos parte”, le dijeron los trabajadores a Trebino.
La necesidad por saber si este despido es el primero de una serie de movimientos también se apoderó de las otras experimentales que conforman la región norte bonaerense, como la de General Villegas, San Pedro o el Delta.
La experimental de Pergamino es una de las más importantes del país, pero en los últimos años se ha visto envuelta en varias polémicas y debates bastante intensos, especialmente por la escasez de presupuesto, la migración de investigadores al sector privado y la imposibilidad de seguir haciendo ensayos con agroquímicos, luego de que un juez federal estableciera un absurdo radio de 1095 metros alrededor de la ciudad donde está porhibido, desde hace varios años, utilizar esas sustancias.
Trebino, que impuso ahora sus jinetas en su pelea con Terrile, asumió en la Regional en 2017, y desde entonces ha sido partícipe de varias de estas polémicas. Por ejemplo, cuando ni bien asumió ordenó a todos los técnicos del organismo que no usaran la palabra “agrotóxicos” para referirse a los agroquímicos. Este le valió enemistarse con los sectores más kirchneristas.
Este tembladeral, al cual todavía le falta una buena explicación, encuentra al INTA en pleno proceso de renovación de sus cargos de conducción, incluyendo la dirección nacional que ahora ocupa Carlos Parera.
Ya harta la mafia Kirchner metida hasta en la sopa. Por suerte, ya se les termina: en cualquier momento, el peronismo le va a dar un patadón a la vieja. Nada nuevo. Siempre el peronismo le suelta la mano al caido en desgracia. Esta vez no les va a bastar para no desaparecer.
Plagada de mentiras tendensiosas la nota.