En la campaña 2021/22 la adopción de siembra directa en todas las regiones agrícolas argentinas cubrió el 90% del área nacional, una cifra un punto superior a la registrada en 2020/21.
Sin embargo, a nivel regional se presentan diferencias muy marcadas con coberturas que van del 73% a 98% de la superficie, según indicó un informe del Relevamiento de Tecnología Agrícola Aplicada (ReTAA) de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
En el norte de Santa Fe, sudoeste de la provincia de Buenos Aires y sur de La Pampa se observaron los valores más bajos, lo que se debe principalmente a la importante participación del cultivo de girasol en esas regiones, dado que se trata del cultivo con menor adopción de siembra directa. De todas maneras, en esas regiones se registró un aumento en la adopción de siembra directa en comparación al ciclo previo.
En tanto, en las regiones Chaco Santiagueño y Cuenca del Salado (Buenos Aires) la adopción de la siembra directa cubrió el 84% del área, mientras que en el sudeste y centro de Buenos Aires fue del 86% y 87% respectivamente.
La no adopción de siembra directa estuvo relacionada mayormente con la utilización de la labranza convencional (con remoción del suelo) como estrategia para el control de malezas resistentes y a problemas de compactación en determinados lotes.
Los mayores niveles de adopción de la tecnología conservacionista (con más del 97%) se registraron en el NOA y centro, sur y norte de Córdoba, al igual que en San Luis (94%) y región núcleo pampeana (más del 92%).
La siembra directa (SD) es parte de un sistema integral de producción de granos, que consiste principalmente en la implantación del cultivo sin remoción de suelo y la permanencia de cobertura con residuos de cosecha.