El 1 de julio el cobro de los derechos de exportación volverá a los niveles de 2024, luego de una baja temporal de este impuesto decidida por el equipo económico nacional. Esta ventana representa una opción de venta para muchos exportadores, pero los productores deberán enfrentar la cosecha de trigo y la siembra gruesa bajo un escenario de presión fiscal muy alta, cuando ese impuesto vuelva a aumentar.
En este sentido, especialistas de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos, en conjunto con el Consejo Empresario de Entre Ríos, las Facultades de Ciencias Económicas y Agropecuarias de la Universidad Nacional de Entre Ríos, estimaron el daño de este impuesto a las arcas de los productores.
Mediante un informe, los expertos entrerrianos explicaron que los derechos de exportación (DEX) constituyen un impuesto que grava las operaciones de comercio exterior de determinadas mercancías, en especial aquellas vinculadas con el sector primario exportador.
El mismo se calcula sobre la base imponible del valor exportado, a precios FOB oficial, y se retiene un porcentaje de dicha operación. De esta forma, sólo recauda efectivamente en la medida que se concreta una exportación.
Las instituciones consideran que este tributo tiene otra particularidad: “Más allá del menor ingreso que perciben los exportadores, los derechos de exportación también afectan el precio de las ventas internas del mismo producto. Al tratarse de lo que se conoce como commodities (bienes transables no diferenciados), es decir un bien que puede exportarse o importarse sin mayores distinciones según su origen, los precios internos están arbitrados por el precio internacional”.
Por lo tanto, el efecto que presentan las retenciones es doble. El reporte considera que, por un lado, genera una recaudación fiscal por la concreción de exportaciones de cada producto, mientras que por otro lado produce una disminución del precio interno de las operaciones que se realicen del mismo.
Desde la entidad entrerriana sostiene que el efecto de los derechos de exportación sobre el ingreso bruto de los productores agrícolas excede el ingreso fiscal efectivamente recaudado. “El menor precio internacional de los granos percibido por los productores agropecuarios debido a las retenciones, se traduce en un menor precio interno y, por lo tanto, la totalidad de los productores agrícolas se ven afectados de la misma manera: una reducción del precio percibido por su cultivo y, por lo tanto, un menor ingreso bruto total”, indicaron.
De esta forma, el ingreso no percibido por los productores agropecuarios en la campaña del 2023/24 (considerando los cultivos de soja, maíz, trigo y sorgo), superó los U$ 522 millones de dólares, mientras que la estimación para la campaña 2024/25 es de U$400 millones de dólares.
Esta variación se vincula tanto por un menor nivel de producción estimado para la actual campaña (-15% de producción total) así como por la disminución temporal de las alícuotas de los derechos de exportación.