Se terminaba el primer discurso de Sergio Massa como flamante ministro de Economía, Producción y Agricultura, sin que hubiese habido mención a un posible desdoblamiento cambiario, la creación de un dólar especial para el agro o a las retenciones a la exportación. Pero el ex diputado se tomó una pausa para aclarar que para discutir estos temas no había que apurarse. También convocó expresamente a la Mesa de Enlace para tener una discusión “positiva” que incluiría todos estos asuntos.
Cuando llegaron las preguntas hubo un par de precisiones. “Nosotros acordamos con (Juan José) Bahillo, el secretario de Agricultura la convocatoria del sector para ponernos a trabajar”, informó Massa, que pidió a los dirigentes de las cuatro entidades del campo “no nos antepongamos condiciones a la hora de sentarnos al diálogo.
La negociación, al parecer, no tendrá temas prohibidos, incluyendo el controvertido tema de las retenciones. “Quiero hacer una aclaración: si hubiera habido una cuestión sobre de derechos de exportación la hubiera planteado como una de las medidas centrales ahora, pero vamos a tener una agenda de trabajo positiva con el sector”, planteó Massa.
La convocatoria al diálogo fue un gesto importante hacia el sector agropecuario, que ya había perdido caso conexión con el ex ministro Julián Domínguez. La agenda volverá a habilitarse. De todos modos, la letra chica de los anuncios ya realizados -especialmente el anticipo de liquidaciones- fueron negociados con el sector agroexportador y no con las entidades rurales, que representan a los productores primarios.
No fue la única caricia de Massa a los dirigentes rurales. Al introducir el contexto en el que se toman las medidas, el flamante ministro describió un país repleto de posibilidades, ya que produce las energías y los alimentos que el mundo está demandando. Es lo mismo que suelen decir los agroempresarios. “La inversión y competitividad de nuestro campo nos pone como un gran jugador junto a Brasil y Estados Unidos”, reconoció el ministro, que en todo momento reclamó el esfuerzo de todos para salir de la crisis.
“No soy super nada, ni mago ni salvador, vengo a trabajar de una manera muy comprometida, para que podamos para transformar nuestros recursos en riqueza. La Argentina no es un país rico, la riqueza la tenemos que construir entre todos”, definió. Ahí de nuevo hubo una referencia al sector: Massa invitó al “campo y la industria”.
También hubo sensatez en el diagnóstico, que se acercó bastante a lo que opinan los sectores productivos y empresarios. Habló Massa de una “falta de confianza en la moneda”, del “desorden del gasto”, de “una enorme injusticia en la distribución del ingreso” y tampoco negó que el mayor de los problemas es la inflación, a la que tildó de “fábrica de pobreza”.
Vale aclarar que ninguno de los referentes del ruralismo fue invitado ala acto de asunción de Massa. Salvo Carlos Iannizzotto, de Coninagro, que no pudo asistir y ya no forma parte del núcleo duro de dirigentes del campo. Todo ellos ahora quedaron esperando la invitación formal del gobierno.