Con la campaña de maíz temprano ya perdida en parte del territorio productivo argentino, ahora la duda es si podría llegar a suceder lo mismo con la soja de primera en las zonas afectadas por déficits hídricos que vienen de arrastre desde el año pasado.
El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) no prevé precipitaciones importantes sobre la región pampeana durante la próxima semana, mientras que entre el 16 y 22 de octubre se proyectan lluvias moderadas sobre la zona núcleo pampeana, Entre Ríos y parte del NEA.
Lo dramático de ese pronóstico es que hasta el 22 de octubre no se prevén precipitaciones significativas en el sector oeste del país, que es justamente el que necesita aportes abundantes de agua para poder revertir el déficit hídrico. El panorama más alarmante en ese sentido está localizado en la provincia de Córdoba.
La situación del cultivo de trigo y cebada es desesperante en gran parte del oeste y norte del país, al tiempo que en el centro-norte de la provincia de Córdoba, San Luis, parte del centro de Santa Fe, del sur cordobés y del oeste bonaerense siguen con déficits de humedad que hacen inviable la siembra de maíz temprano.
Ahora toda la atención está puesta en la siguiente fase de la campaña 2023/24, que es la siembra de soja de primera, la cual debería ser realizada mayormente en el transcurso del próximo mes de noviembre en la región central del país.
Con una fase ENSO “El Niño” ya instalada, en algún momento debería tender a normalizarse el régimen de precipitaciones, pero por el momento esa posibilidad no se vislumbra en el horizonte inmediato.
La soja de primera que eventualmente no pueda sembrarse en fecha óptima en las zonas afectadas por sequía se terminará implantando cuando aparezca finalmente la humedad mínima necesaria, lo que no garantizaría un rendimiento que aspire a buscar los máximos históricos.
Tal como sucedió en la última campaña, la región que tiene, hasta el momento, mayor probabilidad de registrar una buena campaña gruesa en 2023/23 es el sector sur de la provincia de Buenos Aires, que también se encamina a lograr una cosecha importante de cereales de invierno.
En 2023/24 revive el interés de la Argentina por la soja (pero no por mérito propio)