La semana arrancó con una nueva ola de ventas generalizadas de futuros de commodities por parte de grandes fondos corporativos que volvieron a tirar abajo las cotizaciones de los productos agroindustriales en el mercado estadounidense CME Group.
El proceso vendedor, para ponerlo en perspectiva, abarca a todos los activos financieros –acciones, commodities y criptoactivos– y comenzó meses atrás con el evidente propósito de refugiarse en activos líquidos denominados en dólares estadounidenses para aprovechar la suba de la cotización que viene registrando la moneda estadounidense.
Es poco lo que puede hacerse frente a tal “huida” pues, por más alcistas que sean los fundamentos intrínsecos del mercado de productos agroindustriales, las ventas masivas al “barrer” de activos financieros realizadas por administradores de grandes fondos corporativos y de inversión terminan imponiéndose como la tendencia fundamental del mercado.
Tales comportamientos no son, por supuesto, caprichosos, pues, además del escenario de estanflación que viene en camino –similar al registrado en el mundo durante los años ’70 y ’80–, ahora los administradores de carteras deben lidiar con varios focos de conflictos geopolíticos en curso o potenciales que tienen la capacidad para trastocar los flujos comerciales a escala global de manera radical.
En tal situación, todos los análisis sobre la dinámica de los fundamentos de la oferta y demanda de materias primas agroindustriales deben ser dejados de lado, pues la fuerza vendedora de los grandes fondos aplican un “golpe” bajista a las cotizaciones de los granos del cual es imposible escapar.
Lo difícil de pronosticar en coyunturas como las actuales es cuándo finalizará el proceso de liquidación de activos, dado que, si el mismo se extiende en los próximos meses, inevitablemente impactará en las cotizaciones de los productos agroindustriales con mayor poder de daño que el mostrado hasta ahora.